A medida que envejecemos, somos más cautelosos para realizar actividades que implican riesgo. Pero cuando se ha pasado por situaciones extremas, no está mal intentar hacer lo que nunca nos hubiéramos atrevido. Así le pasó a una ancianita en Pensylvania después de superar una gran prueba.
Janet Bitterman y Gary Steinhart su atractivo nieto
Janet Bitterman es una mujer de 85 años de edad que vive en Coal Township, Pennsylvania.
Hace un año le diagnosticaron cáncer de colon. La enfermedad le hizo mucho daño físicamente, se tuvo que someter a quimioterapias. Los efectos del tratamiento no se hicieron esperar, se sentía cansada, había perdido el sentido del olfato, y cada vez bajaba más de peso.
Pero, ella luchaba como una guerrera, solo quería sentirse fuerte y sana como antes.
«El año pasado fue un año perdido de mi vida. No podía hacer nada adentro ni afuera. Este año, no he podido hacer mucho, pero me estoy volviendo más fuerte y cada vez tengo más ánimo «, comentó la abuela.
Había algo que ella siempre había querido, más nunca se había atrevido, dar un paseo en motocicleta. En este momento de su vida, era uno de sus sueños.
Le planteó lo que pensaba a su nieto con quien tenía una relación muy estrecha y especial, decidieron de común acuerdo que cuando finalizara el tratamiento, viajaría con él, en la moto que recién había comprado, harían el mejor viaje de aventuras de sus vidas.
El soñado paseo se convirtió en su principal motivador, la sola idea de imaginarlo, la ayudaba a combatir los fuertes efectos del tratamiento.
Le contó a todo el personal del hospital donde la atendían, y cuando llegaba una enfermera nueva o conocía a alguna persona en ese lugar, le contaba la historia de su anhelado viaje en motocicleta.
«Fue su motivación para pelear su batalla y superar toda su quimioterapia», dijo Brenda Yoder, la hija de Janet.
Y por fin, terminó las quimioterapias, el momento del gran viaje había llegado, la feliz ancianita se subió a la parte trasera de la motocicleta, y con sus brazos rodeó la cintura de su nieto.
El par de aventureros motorizados pasearon durante una hora a lo largo de la preciosa campiña de Pensylvania. Los demás familiares los acompañaron detrás en sus autos, fue un momento emotivo e inolvidable para toda la familia.
Gary Steinhart, el nieto de Janet se sentía feliz de haber ayudado a hacer realidad el sueño de su amada abuela.
«No podría imaginar la vida sin ella. Es asombrosa, es simplemente genial «, dijo el amoroso nieto.
¡Que hermoso ejemplo de coraje y valentía nos da esta abuelita! ¡Eres toda una guerrera, Janet!
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