La llegada de un bebé es siempre un motivo de alegría aunque en ocasiones hay noticias que empañan un poco esa felicidad. Así les ocurrió a Tia y Mike Jilg los padres de Alle Jilg, una niña de un año que fue diagnosticada con la enfermedad del “niño burbuja”.
Cuando la criatura de Broken Bow, Nebraska, tenía solo una semana de nacida, los médicos informaron a sus padres que algo no marchaba bien.
Alle Jilg nació con una inmunodeficiencia combinada grave (SCID, por sus siglas en inglés), enfermedad hereditaria causada por la deficiencia de adenosin desaminasa.
Esto hacía a la pequeña vulnerable a cualquier enfermedad infección leve. La mayoría de los pacientes muere antes de los 2 años a causa de infección masiva.
“El médico me preguntó específicamente si entendía su gravedad. Según lo describió, un resfriado común para nosotros podría matarla en menos de 24 horas», dijo Mike Jilg.
La niña tenía un sistema inmunológico demasiado débil, necesitaba un trasplante de médula ósea para sobrevivir. Una noticia desgarradora para los padres, quienes esperaban a una pequeña totalmente sana.
Sin embargo, no había tiempo para lamentar y debían tomarse las decisiones oportunas. Los Jilgs recurrieron al registro de BeTheMatch en busca de un donante.
Mientras se preparaban para la operación, Alle se sometió a quimioterapia para preparar su cuerpo para el trasplante.
¡Por fortuna! su donante fue encontrado rápidamente y el 28 de febrero del 2018, Alle fue sometida a un trasplante de médula ósea siendo apenas una criaturita.
A pesar de tan dura episodio, la pequeña pudo recuperarse y apenas con un añito de vida es toda una guerrera extrovertida que disfruta salir a jugar con sus hermanos mayores y hablar por teléfono.
«Cuando llego a casa ella tiene la sonrisa más grande en su rostro. Ella es la luz de nuestra familia en este momento. Ella definitivamente es una luchadora», dijo Mike Jilg.
Poco más de un año después de la operación, esta familia se ha reunido con el generoso hombre que donó su médula para Alle. Se trata de Jacob Oswald, un padre de dos niñas que vive en Iowa.
Los agradecidos padres y la pequeña se encontraron con Oswalds en el Centro de Cáncer Fred & Pamela Buffett en Nebraska Medicine en Omaha. El momento fue realmente emotivo.
La pequeña llevaba una camiseta en la que se podía leer: “Mi donante es para siempre mi héroe».
«Todo lo que realmente puedo hacer es agradecerle una y otra vez. Además, la atención que tuvo con Alle y la forma en que se conectaron, fue como si ella fuera su propia hija», dijo el padre Mike Jilg.
Jacob Oswald es padre de Hailey, de 3 años y de Emma, de un año como Alle. El hombre había donado su médula en el 2011 pero no supo qué había pasado con su donación hasta el año pasado.
«Fue realmente emocionante saber que era una niña considerando que teníamos hijas. Tener la oportunidad de sentarme con la familia y hablar sobre lo que habían pasado, abrir nuestros brazos y aceptar a otra niña en nuestra familia fue todo un abanico de emociones», dijo Oswald.
Aunque la pequeña aún no está del todo curada, la donación de médula ósea de Oswaldo fue para ella una segunda oportunidad de luchar por sus sueños y aferrarse a la vida.
Una coincidencia muy hermosa para este hombre que su receptor haya sido una niña de la misma edad de su hija menor.
Estos son los actos que deben multiplicarse. Comparte esta nota y anima a tus amigos a convertirse en donantes y salvar una vida.