La primera vez que un niño va a la escuela después de un largo período de vacaciones puede ser un día emotivo de muchas formas.
El niño puede llorar, el padre puede secundarlo también debido a la emoción, y todo el proceso puede parecer confuso. No importa el nivel donde esté tu hijo, ya sea preescolar, o primaria, ten en cuenta que están haciendo una transición a un momento muy importante para su vida.
La pequeña Lucie Falconer y su mamá
Sí. Definitivamente es difícil volver a los deberes, las normas y las levantadas temprano, y si no lo creen, pregúntenle a Lucie Falconer, nuestra hermosa colegiala de cinco años, protagonista de nuestra historia.
Tal parece que, a la pequeña estudiante de Glasgow, Escocia, no le fue tan bien como esperaba en su regreso a clases. Ese día, Lucie salió de su casa llena de energía y dispuesta a comerse al mundo, pero al parecer, el inicio del año escolar estuvo particularmente intenso.
Jillian, su madre, la vistió y peinó para la ocasión, y decidió hacerle una foto como recuerdo de ese primer día. Todo parecía ir bien. Juguetes en mano, abrazo a mamá y lista para un día especial.
Cuando la niña regresó de la escuela su aspecto era tan diferente que la madre no pudo evitar fotografiarla de nuevo y comparar ambas instantáneas en el antes y el después de lo que pareció ser un día espectacular.
En la primera de ellas, aparece la niña impecable junto a su hermano. Pero en la segunda imagen, la pulcritud y sobriedad iniciales de Lucie cambiaron de manera radical: tenía la corbata del uniforme y los calcetines torcidos, el pelo alborotado y cara de pocos amigos, lo que indicaba que su primer día de colegio había sido realmente extenuante.
Aunque la sorpresa de Jill al reencontrarse con su hija fue mayúscula, acabó por reírse de la situación y publicó las fotografías en las redes sociales, haciéndose virales en cuestión de horas.
Pero lo más divertido de esta historia fue el momento cuando la madre le preguntó a la pequeña cómo había estado su día, ya que parecía recién llegada de un campo de batalla, a lo que la menor contestó muy seria con un simple: “bien, no hice mucho”. ¿Quién lo diría?
Para algunos, la explicación de la transformación de Lucie obedece a que, por el contrario, su primer día de escuela fue tan fabuloso, que agotó toda la gasolina jugando. Y así también lo cree su mamá.
“Apenas llegó a la casa se durmió, algo que Lucie rara vez hace. Se nota que tuvo un día movido”, afirmó la madre.
Así pues, el caso de la traviesa Lucie no es más que un ejemplo de lo que puede implicar ese primer día de clases. Por eso, es importante acompañar a los hijos física y emocionalmente, y seguir los consejos de los expertos para que el primer día de cole sea realmente inolvidable.
Comparte esta simpática historia con tus amistades y seres queridos, el regreso a clases nunca en fácil para nadie.