John Place, de 42 años, es de Plantation, en Florida, y está ingresado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital conectado a un respirador. Es uno de los pacientes diagnosticados con COVID-19 en una de las regiones más afectadas de Estados Unidos.
El padre está luchando por sobrevivir Centro Médico Regional Westside, su hijo de 21 años salió sin mascarilla con sus amigos ignorando las recomendaciones de sus padres, contrajo el virus y contagió a toda la familia.
Después de ese encuentro con amigos el joven llevó el virus a casa sin estar consciente.
Su papá estuvo durante cuatro días presentando fiebre alta y tos, y fue ingresado al hospital donde permanece desde hace casi tres semanas.
Michelle Zymet, la esposa de John le pidió en reiteradas oportunidades a su hijastro que evitara salir con amigos, y que siempre usara mascarilla.
“Siempre me aseguró: ‘No te preocupes mamá. Estoy haciendo todo bien, relájate, relájate. Ya sabes cómo son estos niños’, así que confié en él”.
Ella relató que le rogó que pensara en los graves riesgos de su padre que al ser diabético y tener sobrepeso podría sufrir complicaciones asociadas al coronavirus. A pesar de su petición, el joven salió durante una noche de junio a reunirse con amigos y permaneció sin mascarilla mientras comía y bebía.
Días después tuvo síntomas de resfriado y supo que uno de los amigos con los que había compartido había dado positivo a coronavirus, en ese momento la familia del joven ya se había contagiado.
“Bajó la guardia solo una vez, eso es suficiente para que haya riesgo. Vino a casa e infectó a todos”, relató la esposa de John.
La enfermedad se propagó entre todos los miembros de la familia, las autoridades habían pronosticado un incremento en los casos de coronavirus en Florida. La población mayor y con enfermedades subyacentes es la que sufre consecuencias más graves.
Michelle quiere que a través de su experiencia los demás puedan crear consciencia sobre el riesgo que implica exponerse a ser contagiado.
“Tal vez mi hijo y sus amigos pensaron: ‘Ninguno de nosotros está enfermo. Estamos bien’, no entienden que muchos pacientes son asintomáticos y portadores positivos del virus”, dijo la mujer.
El joven, de quien no se ha revelado su identidad, no ha ofrecido declaraciones a los medios de comunicación, la esposa de su padre asegura que le dijo que pensó que solo tenía un resfriado común y tomó medicamentos sin prescripción médica.
Incluso cuando se enteró de que uno de sus amigos había dado positivo, no creía tener el virus.
Poco después todos los miembros de la familia comenzaron a enfermarse uno a uno, comenzando por su hermano de 14 años, que también tiene sobrepeso, sufrió sibilancias, tos y letargo.
Su hermana de seis años solamente presentó goteo nasal, y Michelle estaba adolorida, con fiebre y escalofríos.
Afortunadamente todos se recuperaron, pero John permanece en estado grave en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Los amigos de la familia crearon una campaña en GoFundMe para recaudar fondos y ayudarlos a enfrentar los gastos médicos.
Michelle dijo que la señalaron por ser mala madre e incluso la llamaron “bruja” por culpar a su hijastro, pero ella considera que es importante compartir su testimonio para alertar sobre la oleada de contagios producidos en gente joven.
Los alcaldes del sur de la Florida se reunieron a principios de esta semana con Ron DeSantis, el gobernador, y trataron el caso de las reuniones de jóvenes como factor clave en la oleada de contagios producida en junio en la región.
Es importante que toda la población cumpla con las medidas de seguridad recomendadas para evitar la propagación del virus. Comparte este testimonio.