Ashley Wastakiewicz es una niña que debió sufrir la terrible experiencia de ser tratada injustamente por sus compañeros.
Cuando su madre, Christine, se dio cuenta de lo que estaba sucediendo decidió tomar cartas en el asunto, pero el problema era tan grande que nadie lograba que la niña de 11 años se sintiera cómoda.
Ashley apenas tiene siete años de edad.
La familia de Ashley la apoyó en todo momento, pero cuando vieron que la pequeña llegó un día con algunas lesiones físicas comprendieron que todo había llegado demasiado lejos.
Ella se encontraba camino a casa conduciendo su bicicleta y un niño de 11 años, cuyo nombre no ha sido revelado, la empujó fuertemente.
Ashley acaba de terminar el primer año de la escuela.
Acudieron a emergencias para curar algunas heridas menores e hicieron la correspondiente denuncia ante los policías. El niño negó todos los cargos, su madre y él aseguraron que él ni siquiera había salido de su casa.
“Ha pasado todo el verano encerrada en su habitación. Se siente muy sola y cree que nadie la quiere”.
Esto afectó profundamente a Ashley. Comenzó a tener mucho miedo de salir a jugar en su vecindario y sentía que no podía estar segura ni cerca de su propia casa.
Su madre decidió buscar ayuda en las redes sociales y abrió una página de Facebook en la que explicó lo sucedido en un desesperado intento de buscar ayuda y consejos sobre cómo ayudar a un niño en una situación tan difícil.
En ese entonces, Christine no podía imaginar el abrumador apoyo que recibiría de nada menos que una gran banda de motorizados.
“Nos reunimos personas de varios clubes de motorizados. No creemos en los malos tratos. Nadie merece pasar por algo tan injusto. Vinimos a demostrarle que la queremos y que nos aseguraremos de que nada malo le suceda”.
James Dingmon, un integrante del Club de Veteranos Motorizados de Jackson, explicó que él y sus amigos quedaron muy conmovidos al saber todo lo que había enfrentado Ashley.
Sabían que tenían que apoyarla así que se dirigieron a su casa para hablar con ella y asegurarle que nada le pasaría.
Los motorizados y la familia de Ashley se reunieron en un parque del vecindario para conocerse y apoyarse en medio de un momento tan difícil.
Cuando la pequeña vio el largo camino que todos habían recorrido sólo para demostrarle que no estaba sola, sus ojos brillaron de alegría. Ahora se siente mucho más segura y espera que el mensaje en contra de los malos tratos llegue a su comunidad y a todas partes del mundo.
“Ahora ya no tengo miedo”.
Celebramos este maravilloso gesto donde decenas de motorizados se tomaron el tiempo para demostrar que están dispuestos a luchar para defender a quienes más lo necesitan.
No dudes en compartir esta nota para unir tu voz a este gran movimiento en defensa de todos los niños como Ashley.