Algunos niños suelen temerle a la oscuridad, pero se supone que un adulto no debería. Habrá que decirle eso a una madre en Estados Unidos que temblaba de pánico, cuando entró a su cuarto una luz brillante, por fortuna el objeto de su temor evitó a tiempo que la asustada mujer arremetiera contra él.
Angela Kelsay es una mujer de 36 años que vive en Edimburgo, Indiana. Tiene tres hermosos hijos: Cash, de 15 años, Elli, de 10 años, y Lennox, de dos.
Como es de suponerse para una madre de tres hijos, después de finalizado el agitado día, espera la hora de descansar a sus anchas en su cómoda cama.
Una noche cuando sus tres hijos estaban acostados, la mujer apagó la luz y se dispuso a dormir. De repente, sintió un sonido en su puerta, alguien estaba entrando a su habitación. Llegó a pensar que se trataba de su niño pequeño que por alguna razón fue en su búsqueda.
«En medio de la noche oí crujir la puerta de la habitación. Me imaginé que era mi hijo Lennox, de dos años, pero estaba completamente oscuro, así que no podía decirlo”, contó la mujer.
Pero quien entró lo hizo en total y absoluto silencio, Angela sintió una extraña sensación de temor ante la presencia en la oscuridad. La situación se agravó cuando intentó abrir bien los ojos para poder ubicar a su hijo y subirlo con ella a la cama.
Pero lo que vio la puso peor, se asustó sobremanera cuando identificó unos ojos y una boca enormes y brillantes que la miraban fijamente.
«Parpadeé el sueño para poder ayudarlo a subir a nuestra cama. Pero en cambio, en la puerta había un conjunto de ojos y boca brillantes y terroríficos”, agregó la sorprendida mujer.
La luz estaba a unos 30 centímetros del suelo, aunque no suele ser asustadiza, recordó la película de terror Actividad Paranormal que había visto hacía unos cinco años. Desde de ese momento quedó algo traumada en cuanto a cosas relacionada con fantasmas y demonios.
La pijama que le causo tanto terror a Angela Kelsay
Ante la inesperada situación, por su mente empezó dudó si su antigua estaría siendo visitada por seres paranormales, así que debía pensar en algún plan para defenderse.Comenzó a orar pidiendo ayuda, aunque también pensó que su relación con Dios no ha sido lo debidamente consistente como debería. ¡Cada vez el temor era mayor!
«Nunca he estado tan absoluta y completamente petrificada», aseguró la madre.
El pequeño Lennox con su pijama de las tortugas ninja
Por fin, escuchó una dulce e inocente vocecita que le devolvió la paz y tranquilidad, era su hijto Lennox.
«¿Mami?», preguntó el niño.