Cuando llega la fecha de celebrar el cumpleaños son muchos los niños que mantienen la ilusión de que sus amigos asistan a su fiesta. Christian Laser es nuestro protagonista, un hermoso niño que repartió invitaciones a toda su clase para que lo acompañaran a celebrar su noveno cumpleaños, sin embargo, no sabía si llegarían.
El pequeño Christian sabe que es diferente al resto de los niños de su edad, fue diagnosticado con el trastorno de espectro autista, una condición que hace que la interacción con el resto de sus compañeros sea más difícil y lo vean incluso un poco extraño.
Los niños con autismo pueden tener intereses fijos y conductas repetitivas.
Solo un niño respondió a la invitación, y eso alegró infinitamente a Christian, sin embargo, no fue lo único que lo emocionó, cuando estaba jugando en el jardín de su casa con inflables que le había puesto su madre, escuchó que un gran número de personas que recitaban su nombre.
Se trataba del equipo de fútbol de la escuela secundaria local que llegó a la fiesta para sorprenderlo.
También presentan alteraciones con la comunicación y la interacción social.
Cuando Christian los vio a todos con sus uniformes se emocionó tanto que fingió desmayarse. El equipo de fútbol tomó el gesto con agrado y se rieron sutilmente del gesto del niño, a los pocos segundos Christian se levanta y se dirige a saludar a cada uno de los integrantes del equipo.
La madre del pequeño estaba hecha un manojo de nervios, no sabía si los estudiantes de secundaria querían asistir a la fiesta, ni cómo reaccionaría el pequeño.
La madre estaba angustiada pero se calmó al ver que su hijo tuvo la mejor reacción.
La señora Laser comenta que a menudo su hijo se abruma con facilidad debido a su autismo, pero el niño reaccionó de la mejor manera. Todos los jóvenes la pasaron súper bien y se encargaron de hacer inolvidable el cumpleaños del niño.
Incluso le regalaron dos balones de fútbol, uno de ellos estaba autografiado por todo el equipo.
Dan Holtry, entrena el equipo de fútbol Nampa High, relata que los jugadores realmente querían asistir.
Las sorpresas no acababan para Christian, el equipo de fútbol invitó al niño a una práctica y desde luego aceptó, ahora el pequeño no ve el día que llegue la práctica para poder volver a jugar con los estudiantes.
El fútbol se ha convertido en una pasión para Christian.
El pequeño tuvo la mejor sorpresa y no dejó de sonreír durante toda la fiesta, la publicación de su madre cautivó a miles de personas en las redes.
Estamos seguros que el gesto tan hermoso del equipo de secundaria quedará almacenado en la lista de recuerdos favoritos del pequeño angelito. Compártelo.