No hay nada más devastador para una madre que perder a un hijo, sobre todo cuando ocurre de forma inesperada y abrupta, bajo condiciones en las que se debió haber tenido mayor cuidado.
Esta es la tragedia a la que se enfrenta una madre brasileña, llamada Ana Lucía Ribeiro, después de que su pequeña de solo 2 años perdiera la vida a bordo de una ambulancia.
La bebé Isadora Lorena Ribeiro se encontraba a bordo de una ambulancia para ser trasladada, de un hospital a otro, en el interior de São Paulo. Tenía que ser transportada de la Unidad Básica de Salud de Sete Barras al Hospital Regional de Registro, existiendo entre ambos una distancia de 21 kilómetros.
Isadora fue hospitalizada después de que se sintiera terriblemente enferma y fuera sometida a distintos análisis de sangre, así como radiografías. El diagnóstico final dado por el médico fue anemia, por lo que el especialista optó por que fuera atendida en un lugar donde tuviera un mejor tratamiento.
La pequeña tenía dificultades para respirar
Ana acompañaba a Isadora en el viaje. Sin embargo, de un momento a otro, la pequeña se quedó sin oxígeno, algo extremadamente peligroso puesto que la pequeña ya había indicado a los médicos que le era difícil respirar y por eso le habían proporcionado un tanque.
Fue a la mitad del traslado que Isadora comenzó a ponerse de color morado debido a la falta de oxígeno. La situación se hizo aún más tensa cuando la enfermera que viajaba a bordo no lograba hacer funcionar el tanque que llevaba a bordo y que tenía conectado a la bebé.
«Le pregunté a la enfermera si el oxígeno estaba encendido, se apartó de mi lado y vio que no. Intentó moverse para llamar, pero no pudo. Preguntó al conductor si podía detener la ambulancia, dijo que no y comenzó a conducir más rápido«, narró la madre.
Al no poder detener la ambulancia, la enfermera se comunicó al hospital del que habían salido para preguntar cómo podía encender el tanque de oxígeno. Pero no tuvo éxito y el conductor condujo aún más rápido para llegar a su destino.
Durante el trayecto, la pequeña, incapaz de respirar, comenzó a temblar y su temperatura corporal descendió. Cuando finalmente llegaron al hospital destino, la enfermera descendió rápidamente para pedir ayuda urgente.
Pasaron varios minutos y la niña no logró reponerse. Había sufrido un paro respiratorio y ningún recurso médico la hizo volver a la vida.
“Pasaron 20 minutos y ella no volvió. Vino un médico y dijo que mi angelito ya no estaba, que lo intentaron todo. Tuvo un paro cardíaco», dijo la madre.
Tras la fatal pérdida, esta madre exige justicia para su pequeña, acusando de negligencia al hospital por no asegurarse de que el oxígeno, que era vital para Isadora, funcionara adecuadamente.
Esta dulce angelita tenía toda una vida por delante, no es justo que su pérdida quede impune. Comparte y ayuda a hacer justicia a esta dolida familia.