Lo más común es ver a los niños bien peinados y con un corte de cabello apropiado a su edad, sin embargo, está historia nos muestra un caso totalmente distinto.
Se trata de Kristin Miller de 34 años y madre de tres hijos, quien ha sido acusada de negligencia tras permitir que Loretta, su hija de 3 años tenga rastas.
Kristin, es de Maui, Hawa, y dice que su hija pequeña odiaba que le cepillaran el cabello. Asegura que peinarla resultaba una experiencia muy dolorosa para ella.
Esta madre, se dejó las rastas hace dos años y medio tras desistir en sus intentos diarios de peinar su fino cabello.
El estilo de vida tan activo al aire libre propiciaba que constantemente se enredara el cabello de la niña y estar detrás de ella para peinarlo significaba un trauma.
Después de ver las rastas o el tejido del cabello de su madre, Loretta le preguntó si podía tener el mismo estilo que ella.
Desde que ambas comenzaron a usar el mismo peinado, Kristin comenzó a compartir su caso en una cuenta de Instagram, con la intención de «normalizar» a los niños con este estilo.
Kristin también publicó un libro Kindle para niños, “Dready-Loretty: No Time to Brush”, que trata de una niña que ama las aventuras y que no tiene tiempo para cepillarse el cabello.
Kristin ha compartido su experiencia de usar rastas o dreadlocks en Instagram, y a pesar de que su cuenta ha acumulado 12.6K seguidores, de quienes ha recibido mucho apoyo también ha sido acusada de negligencia, abuso y apropiación cultural.
«Siempre pensé que las rastas son hermosas y mi cabello era muy delgado, difícil de peinar y siempre se veía desgastado, así que ese estilo parecía una buena idea».
“Supongo que todos tienen derecho a dar su opinión y no todos estarán convencidos de una forma u otra, pero no se trata de ellos. Se trata de lo que Loretta quiere».
Kristin ha ignorado las críticas y continúa instando a otros padres a escuchar a sus hijos y permitirles expresar su propia individualidad.
«No me sorprendió el interés de Loretta por las rastas. Ella siempre estaba tocando las mías”.
Kristin cuenta que su pequeña hija lloraba cuando le sugería que era la hora de cepillar su cabello, a pasar de que ella trataba de ser muy cuidadosa y usar una loción desenredante.
Después de la petición de su hija, Kristin decidió seccionar el cabello de Loretta y le puso gomas para separar cada rasta que se forma naturalmente y documentó el proceso para compartirlo en Instagram.
“Sabía que había un estigma asociado y quería ayudar a que los niños con rastas sean considerados normales. Quería mostrar que era solo una parte de su vida y cómo la ha vivido».
Kristin dice que también le permite a Loretta elegir qué prendas de ropa usar, lo que a veces puede incluir los accesorios de su hermano mayor.
“Quiero que otros padres vean que su decisión no fue filosófica sino práctica. Quiero promover la aceptación de las rastas”.
Su madre lava el cabello de Loretta una o dos veces por semana con un champú especial para el medio ambiente.
“Lo padres deben dejar que el deseo natural de ser un individuo se manifieste si así lo eligen sus hijos. Los niños no están tratando de destacar y ser diferentes, sino de ser ellos mismos”.
Esta madre compartió la historia de su hija para alentar a que los padres dejen que sus hijos formen sus propias identidades, compártela tu también y déjanos saber tú opinión.