Catalina García, de 43 años y madre de tres niños fue diagnosticada con cáncer de mama con metástasis en los ganglios.
Aunque ella reconoce que lo que más teme es no poder vencer la fuerte batalla contra esta enfermedad, no ha dejado de luchar para recorrer este difícil camino que muchos días resulta ser una montaña rusa.
Catalina, de Colombia, consiguió el tratamiento que le puede devolver la vitalidad que tanto añora para poder llevar a sus hijos al colegio de nuevo, pero lamentablemente no cuenta con los recursos para pagarlo.
“Lo que más temor me da es no lograr el sueño que tengo de aliviarme y sanarme”, dijo Catalina.
Esta mujer tiene una carrera contra el tiempo, cada día cuenta, pero no a su favor.
Desde hace dos años Catalina trabaja para conseguir los recursos necesarios para poder viajar a Estados Unidos y tener acceso al tratamiento especial contra su enfermedad.
“Encontramos en Houston una clínica donde hacen un tratamiento basado en tu propio sistema inmune. Un día dijimos que ese era el tratamiento, pero ahí mismo dijimos que era demasiado costoso y no tenemos el dinero”, agregó Catalina.
Sus recaídas son cada vez peores, sin embargo, sus ganas de vivir para ver crecer a sus hijas la motivaron a hacer un emprendimiento de venta de vestidos con la finalidad de costear el tratamiento que la sanaría.
“Tengo que vender muchos vestidos para lograr mi meta, pero voy a empezar con una tienda o necesitaría a 300 mil personas que nos donen un dólar”, agrega Catalina.
Cuando Sergio Alonso Valencia, su esposo, habla de Catalina la describe como mágica, agradecida y con mucha fuerza. Sergio admira el ímpetu con el que su esposa lucha por la vida.
Sergio dice que Catalina tiene una energía sin igual para sacar las cosas adelante. Catalina genera magia en su entorno y mucha luz con su presencia.
Dicen que las oraciones de los niños son las más escuchadas, y Catalina es madre de tres pequeños que cada noche antes de dormir y durante el día rezan para que su mamá salga adelante.
“Mi mamá significa mi vida, mi esperanza, mi corazón, significa todo lo que yo soy, porque ella fue quien me trajo a este mundo”, señala Monserrat, una de sus hijas pequeñas.
Catalina reitera que si 300 mil personas le donan un dólar o le compran un vestido, ella podría costear su tratamiento y seguir viviendo para acompañar a sus hijos durante muchos años y verlos formar una familia.
Comparte la historia de Catalina, una gran mujer que solo pide una mano amiga para superar su enfermedad y vivir para sus hijos.