Katie McDermott, de 36 años, fue diagnosticada con cáncer de mama en noviembre de 2017. Tuvo que someterse a una cirugía para realizarle una mastectomía doble y a 18 ciclos de quimioterapia.
Después de un largo tratamiento, los médicos le dieron el alta, finalmente descansaría de las quimioterapias y le había ganado la batalla al cáncer.
Así que decidió solicitarle al colegio donde estudian sus cuatro hijos seis días de descanso para hacer un viaje familiar. En diciembre envió por escrito la petición, pero no obtuvo respuesta.
Reservó sus vacaciones con destino a Tenerife, España para ella, su esposo Darren de 40 años y sus cuatro hijos.
El colegio Central High School de Lancaster, respondió su solicitud dos días antes del viaje, le dijeron que recibiría una sanción de 900 euros tras una citación judicial por llevar a sus hijos de vacaciones en período escolar.
Argumentaron que las circunstancias de su familia no eran excepcionales.
Cuando regresaron a casa, la familia recibió una carta del gobierno local que remitió el caso a la Corte de Magistrados de Lancaster estableciéndoles una multa.
La pareja alega que sus hijos que estudian secundaria, Joseph, de 14 años, y Oliver, de 12, nunca han pedido antes una autorización para ausentarse a la escuela.
Mientras que su hija Ava, de 5 años, sí tuvo permiso para ausentarse durante las vacaciones familiares, así como su hermana de 4 años que está en la guardería.
La madre de los niños aseguró que siempre han cumplido con sus deberes escolares y se han destacado.
“El colegio ha dicho que son estudiantes modelo y que debemos sentirnos orgullosos de ellos. Realmente siento que merecían ese viaje después de todo lo que han pasado. El trato que recibimos de la institución educativa es realmente indignante”, relató Katie.
Darren, quien trabaja como fontanero, logró tener esos días libres para darles la sorpresa a los niños de que por fin irían de vacaciones y podrían celebrar que su madre sobrevivió al cáncer.
“Nunca nuestros hijos han faltado a la escuela, solo queríamos darles un viaje después de un período tan duro”, dijo el padre.
“No hay congruencia, sabemos de otras familias a quienes sí les han autorizado las vacaciones”, agregó.
El viaje de la familia, que se recupera de los gastos del tratamiento médico de Katie, lo pagaron sus parientes y amigos que organizaron un evento de recaudación de fondos y les donaron el dinero para que pudieran viajar al extranjero.
Eligieron la fecha del viaje de acuerdo con el mejor presupuesto.
Darren conversó con las autoridades y les dijo que el colegio demoró meses en responder su solicitud y cuando lo hicieron no tenían tiempo de cambiar el viaje.
Nicola Hall, maestra del colegio involucrado, dijo: “Como escuela nos identificamos con la amplia gama de temas delicados que requieren compasión y consideración con todas nuestras familias. De acuerdo con las regulaciones impuestas, la escuela adoptó una política de no autorizar días festivos familiares”.
En los próximos días, se reunirán los padres con la coordinación del colegio. Su caso se ha hecho público dando mucho de qué hablar en las redes. Compártelo.