Si la vida te diera la oportunidad de hacer lo correcto, o salirte con la tuya, ¿Qué harías? Como personas adultas y responsables, siempre deberíamos hacernos responsables de nuestras acciones, especialmente cuando se ha cometido un accidente que afecta a otra persona.
Afortunadamente, y pese a que cada vez perdemos más la fe en la humanidad, algunas personas se rehúsan a perder su consciencia y actúan siempre con respeto, prudencia y educación hacia los demás. Tal como demostró una estudiante brasileña que chocó contra un automóvil.
Raíssa Carolina da Silva es una estudiante, residente de la zona de Aparecida de Goiânia. Recientemente, la jovenfue de compras a un supermercado y tuvo un accidente, golpeando uno de los automóviles que se encontraban en el lugar.
El dueño del vehículo jamás esperó el gesto de la estudiante
Lejos de huir como muchas personas suelen hacer, la joven se detuvo y esperó durante varios minutos a que el propietario del vehículo apareciera y así poderse hacer responsable del incidente. Sin embargo, por más que esperó, el dueño jamás volvió.
Fue entonces que la joven tuvo la fantástica idea de hacer una improvisada nota, con el bolígrafo que un joven que pasaba por el centro comercial le prestó. En ella, comunicaba al dueño del vehículo lo sucedido y, además, colocó su número telefónico para que la pudiera contactar de inmediato.
“Golpeé tu auto. Esperé, pero no llegó nadie. Lo siento”, podía leerse en la nota.
Después de que la estudiante se marchara del supermercado apareció el dueño del automóvil, un periodista llamado Otávio Augusto Reis. El hombre quedó anonadado, no por los daños en su auto, sino por la actitud de la estudiante y decidió compartir lo sucedido en las redes sociales.
La reparación del vehículo tuvo un costo de 200 dólares
Igualmente, el periodista afectado se puso en contacto con la estudiante, a través del número telefónico que ella había dejado escrito y Raíssa se hizo responsable de la reparación del vehículo.
Esta no es la primera vez que el automóvil del periodista recibe un golpe, pero sí es la primera ocasión en que la persona responsable asume todas las consecuencias de sus acciones y no escapa, dejando un gran problema a un conductor inocente.
«Incluso si no tuviera el dinero para pagar, me las arreglaría, pero no lo dejaría perdido«, comentó la estudiante.
Tanto la estudiante, como Otávio, se encuentran completamente satisfechos y felices con el desenlace del percance; pues saben bien que ambos actuaron correcta y educadamente. Además, la joven tendrá mucho más cuidado al conducir y evitará que algo semejante vuelva a sucederle.
¡Enhorabuena por la actitud de esta joven! Su valentía y honestidad son dignas de aplaudir. Tú también súmate a las personas que hacen lo correcto. Comparte y ayuda a difundir la importancia de ser responsable.