El cáncer se ha convertido en el mal de este siglo. El tratamiento para contrarrestarlo puede cambiar el ánimo y la apariencia de las personas de manera radical.
Se necesita valor y positivismo para no decaer, así como una joven inglesa que a pesar de los efectos que ha dejado en su fisionomía, no renuncia a hacer lo que siempre ha soñado.
Crystal Marshall es una joven que a los 18 años fue diagnosticada con osteosarcoma, un tipo de cáncer de hueso poco común que se presenta sobre todo en adolescentes.
Fue una terrible noticia para toda la familia, jamás se imaginaron que la alegre Crystal, tan llena de sueños e ilusiones pudiera pasarle algo así.
Hasta los 18 años llevó la vida de cualquier adolescente sin problemas de salud
«Solo he visto a mi madre llorar dos veces en mi vida, así que cuando se vino abajo, cuando se enteró de que me diagnosticaron fue realmente triste verla así”, comentó la chica.
Actualmente tiene 21 años, y durante este tiempo se ha visto envuelta en visitas al oncólogo, exámenes médicos, medicinas y todo tipo de cosas necesarias, para que esté bien.
La intervinieron quirúrgicamente en mayo de 2017, en la unidad Teenage Cancer Trust en el Queen Elizabeth Hospital de Birmingham, para extirpar el tumor localizado en su pómulo derecho.
Los especialistas le indicaron que debía esperar más de un año para someterse a otra cirugía, necesitaba tiempo para realizar otras intervenciones para reconstruir su rostro, una de las cosas que más preocupaba a la joven.
«Cuando era adolescente, me interesaban mucho las artes escénicas. Quería actuar y dirigir, estudié mucho para sacar buenas notas y me fue bien en mi grupo de teatro”, agregó.
Se sintió terrible porque, a su parecer, con cáncer localizado en los huesos del rostro, le parecía imposible que el público pudiera aceptarla.
“Estaba devastada porque como aspirante a actriz mi cara era el peor lugar que podía contraer cáncer. Pensé que ya no podría ser actriz porque no me veía igual y nadie me contrataría”, decía Cristal.
Hubo un incidente que la hizo sentir muy triste, un niño la miró, y se puso a llorar sorprendido y asustado.
‘¿Qué es eso?”, preguntó el niño a su mamá.
La autoestima de Cristal se vio afectada, sentía que la miraban con lástima, creía que las personas que la conocían trataban de no verla a los ojos.
Afortunadamente, entendió que debía dar un giro a su vida. Comenzó a socializar, fue a eventos relacionados con el cáncer en adolescentes, a un viaje en el velero de Ellen MacArthur y a varios tours.
Se sintió respetada por todos, nadie la miraba raro, fueron amables y cariñosos y, lo más importante, se sintió aceptada tal y como era ella.
Decidió entonces que el cáncer no destruiría sus sueños de trabajar en teatro, no destruiría su vida ni sus ganas de sobresalir en lo que más amaba.
«Mi confianza ha crecido tanto, que hizo que los más cercanos a mí estuvieran orgullosos. He decidido que no voy a poner mi sueño de ser una actriz en suspenso.
Creo que todo sucede por una razón y quiero inspirar a otras personas a continuar haciendo lo que aman, incluso si enfrentan adversidades», afirmó la nueva Crystal.
¡Que maravilloso que la joven haya encontrado la mejor versión de ella misma, y cada vez sea más fuerte e independiente! la resiliencia debe ser una constante en nuestra vida, que no siempre puede ser perfecta, pero hay que saber levantar el vuelo nuevamente después de la tormenta.
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