Esta semana la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha revelado nuevos datos importantes sobre el comportamiento del coronavirus que son de máximo interés para todos.
Se trata del modo de transmisión de virus mortal, pues basados en evidencia científica han descartado la sospecha de que sus moléculas contaminen el aire.
Según reza el informe revelado esta semana, el SARS-CoV-2 (virus que produce el COVID-19) sólo se contagia por el contacto con gotitas respiratorias provenientes de una persona infectada.
Este hecho viene a tranquilizar un poco la histeria colectiva que había hecho pensar que los ciudadanos estaban expuestos por el hecho de respirar en la calle o en supermercado lleno de gente.
Esta revelación ha puesto entre dicho la eficacia que tiene el uso de mascarillas como medida de protección personal.
Si bien el aire común no es causante de transmisión, las gotas respiratorias infectadas que reposen en algunas superficies sí son capaces de serlo. Con anterioridad se había informado sobre la posibilidad de permanencia que tiene el virus en diferentes materiales como el acero, tela, madera.
En un estudio publicado por el New England Journal of Medicine, el SARS-CoV-2 puede sobrevivir hasta tres días en superficies de plástico y acero inoxidable, y hasta 24 horas en cartón.
De este hecho surge la importancia de lavarse correctamente las manos después de haber estado expuestos a un espacio público.
Otro factor que sí supone un riego alto de contagio es el estar en contacto con alguien con síntomas respiratorios como tos y estornudos.
Lo correcto es guardar al menos metro y medio de distancia, de lo contrario se corre el riesgo de que alguna de las partículas infectadas que quedarán en el aire por unos segundos después de que la persona tosa o estornude contagien a otro.
De tal modo, cualquier persona que se encuentre cerca en ese breve período de tiempo corre el riesgo de infectarse.
Usar objetos como tenedores, termómetros o vasos de alguien infectado también representa una posibilidad directa de contagio. De allí la necesidad de desinfectar bien los objetos del hogar, aún si dentro del grupo o entorno no ningún caso positivo al COVID-19 pues se han registrado muchos pacientes asintomáticos.
Según la OMS los mencionados casos de infección por aire se dan en entornos específicos como lo son ambientes hospitalarios, en los que el personal médico debe tratar de forma directa con pacientes contagiados.
Los responsables de esta propagación son partículas muy pequeñas denominadas aerosoles, las cuales tienden a medir 5 micrómetros de diámetro y derivan de la evaporación de otras más grandes.
Dichas partículas sí pueden permanecer suspendidas en el aire períodos más largos de tiempo, en función del calor y la humedad.
En circunstancias normales es poco probable que el aire se encuentre contaminado, por tales motivos la OMS insiste en que sólo aquellos que tienen contacto directo con personas infectadas deban hacer uso de materiales como mascarillas, lentes y guantes.
Para el ciudadano común que no presente ningún síntoma y tampoco tenga contacto con ningún contagiado, la OMS insiste en que sólo es necesario mantener el cuidado en el lavado de las manos, la limpieza del hogar y objetos de usos comunes como las manillas de las puertas, encendedores de luz.
Así como la desinfección de los objetos externos que ingresan al domicilio y mantener la distancia indicada entre cada persona también es una medida esencial.
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