Una de las cosas más difíciles durante la pandemia ha sido mantenernos alejados de nuestros seres queridos. Las recomendaciones han sido practicar el distanciamiento social, especialmente si se trata de personas que presenten algún síntoma del coronavirus.
Esto fue devastador para una adorable pareja de abuelitos llamados Georgio y Rosa.
Georgio y Rosa ya tienen más de 50 años de casados.
Por desgracia, todo cambió cuando Georgio fue ingresado en el hospital después de haber sentido algo de fiebre y problemas en la garganta.
Su prueba para COVID-19 dio positivo y lo ingresaron de inmediato para poder velar por su salud. Giorgio no tardó en ganarse el corazón de todos los médicos y enfermeras que se cruzaban en su camino.
“Giorgio es una de esas personas de las que no puedes hacer más que encariñarte. Nos confesó que se sentía muy triste por no poder estar en casa con su esposa”, dijo Manuela Denti, coordinadora del Hospital.
Había días en los que se encontraba muy cansado y débil pero sólo pedía una cosa: poder ver a su querida Rosa.
Desde los comienzos de esta pandemia, los especialistas determinaron que el coronavirus podía resultar mucho más letal para las personas de la tercera edad. Es por esto que los médicos extreman las medidas cada vez que un paciente de la edad de Giorgio da positivo.
La pareja vive en la ciudad de Cremona en Italia.
Sin embargo, unas semanas después, Rosa tuvo que ser ingresada en el mismo hospital. Se trataba de una noticia bastante dura para la familia pero tenía un lado positivo. La amorosa pareja podía tener, al menos por unos instantes, el anhelado encuentro.
“Mi colega y yo no dudamos un segundo. Acordamos organizar la sorpresa para que se reunieran”, explicó Denti.
El resultado dejó a todos los testigos en lágrimas. Giorgio y Rosa no hicieron más que abrazarse tiernamente mientras sus ojos brillaban de alegría. Se encontraban muy preocupados el uno por el otro y no hacían más que esperar con ansias el momento de volver juntos a casa.
“Fue una de esas reuniones que no se olvidan. Un largo abrazo, dulces palabras, diez minutos de ternura y el deseo de mejorar muy pronto”, explicó Denti.
La recuperación de Rosa fue mucho más rápida y le dieron el alta. Giorgio todavía sigue en el hospital dando lo mejor de sí para poder recuperarse y volver a los brazos de su querida esposa. Esperamos de todo corazón que toda esta pesadilla del coronavirus quede atrás y nunca más tengan que volver a separarse.
Historias como estas son las que necesitamos para recobrar las fuerzas y seguir luchando por el fin de la pandemia. Comparte para inspirar a muchos más.