Al ocurrir un accidente de tránsito, el evento puede verse arropado por reacciones controversiales. Hay testigos del hecho simplemente se reúnen alrededor de las víctimas por mero morbo, mientras que otros incluso aprovechan la desgracia para sacar ventaja y llegan hasta a robar en plena tragedia.
Para todas esas personas que actúan de una o tal manera sin contribuir en nada positivo, es necesario que vean la historia de un pequeño y valiente héroe.
Se trata de un niño de 8 años que dejó todos sus miedos de lado y el pasado 24 de febrero decidió ayudar a la Policía Militar a auxiliar a los heridos en un accidente de tránsito. El hecho ocurrió en Bom Jardim, en la región montañosa de Río de Janeiro (Brasil).
Al pequeño João Guilherme no lo paralizó el miedo y sus ganas de ayudar se impusieron en ese momento de angustia. El evento en sí se trató del arrollamiento de un motociclista en la pista cerca del KM 93 de RJ-116, en Banquete, tercer distrito de Bom Jardim.
El conductor que se lo llevó por delante bajó de su vehículo para ayudar al lesionado, pero sus nervios no lo dejaron. En ese momento apareció el pequeño João yresolvió la situación.
“Andaba en bicicleta aquí, frente a la casa de mi abuela. Entonces escuchamos el ruido de una motocicleta patinando, un ruido como el de una llanta al estallar. Subimos hasta allá.
El hombre yacía con la bicicleta encima. Después de eso, pasó la policía, por casualidad. Hicimos una señal a la policía para que se detuviera. Llamé (al policía) para que viniera a buscar la señal wifi aquí en casa. Le di la ubicación del municipio y todo aquí”, contó el niño.
Por tratarse de una zona montañosa la señal telefónica no es muy buena, y eso impedía que el teniente Ramos y Cabo Moraes, que trabajan en el Destacamento Ostensivo de Policía (DPO) de Cordeiro del 11º BPM, lograran comunicarse con los bomberos.
Con la colaboración de este pequeñito, el teniente se pudo comunicar con el concesionario que administra la carretera, Ruta 116, y los bomberos llegaron a tiempo.
Dada la disposición de João y madurez que demostró en el momento del accidente, los oficiales quedaron realmente sorprendidos. Mientras que otros testigos sólo se limitaron a bromear y grabar el penoso momento.
“Lo que realmente llamó la atención fue la percepción del chico. Podría estar bromeando, podría estar haciendo muchas cosas, pero el buen samaritano en realidad tenía ocho años”, dijo el teniente.
Después de lo ocurrido, el pequeño recibió un reconocimiento de parte de la Policía Militar por su valentía y espíritu de servicio.
Para el teniente, este niño es el mejor ejemplo de lo que significa realmente ser y buen ciudadano y seguro João y su madre, Flor de Liz Gomes, atesorarán esa medalla para siempre.
Este es el tipo de acciones de los niños que todos los adultos deberían aprender, ellos son solidarios y valientes. Comparte la esta historia y reconoce también la hermosa acción de João.