Todos los padres desean que sus hijos sean unos niños inteligentes y destacados pero sobre todo pequeñines felices y llenos de mucho amor. Por esa razón, más de un adulto exhibe con gran alegría las nuevas travesuras y ocurrencias de sus chicos, especialmente si son pequeños.
Pero un vídeo en especial de una madre orgullosa nos ha enternecido y ha logrado conmover a todos en las redes.
Se trata de un pequeño bebé que llora cuando dejan de leerle sus historias. Algo bastante particular en una era en que las tablets y los libros digitales se han ganado la admiración de la denominada generación millenials.
Con este panorama, cualquiera creería que los libros físicos han pasado de moda pero parece que todos estos artefactos tecnológicos están sobrevalorados y hay quienes aún disfrutan del placer de los libros.
Al menos de este modo lo cree el pequeño Emmett, quien con sólo 10 meses ha desarrollado un exquisito gusto por la lectura. Desde luego que la tarea de leer no la puede cumplir por sí mismo pero posee a una cuentacuentos personal: su mamá.
En el vídeo que fue compartido en la web y que ha conmovido a todos se observa cómo este pequeño emprende un épico berrinche cuando su madre deja de leerle un libro.
Sin importar del género del cual se trate, Emmett tiene siempre la misma reacción y al terminarse la historia comienza con sus llantos desesperados como si alguien le estuviese haciendo daño.
A Emmett la lectura no sólo lo entretiene sino que lo mantiene relajado y muy feliz, y cuando todo termina su mundo se desmorona.
Si en algún momento quisiste que tener un bebé que fuese un intelectual amante de los libros, déjame contarte que Emmett es tu sueño hecho realidad.
Verlo disfrutar de la historia es adorable pero el berrinche que viene detrás no tiene calmante alguno, más que una nueva historia.
Sólo mira el siguiente vídeo y te darás cuente de lo que te hablo.
Aunque todo resulte muy bello, también hay que pensar en el arduo trabajo que debe enfrentar la lectora madre. Parece que Emmett se niega a darle descanso y el niño intelectual sólo desea seguir escuchando más y más relatos.
No sabemos de dónde desarrolló ese gustó ni cómo hace la madre para no agotarse pero lo que podemos asegurar es que sin duda verlo es derretirse con tanta ternura. Emmett disfruta de sus historias y seguro más de uno quisiera ser el padre orgulloso de tan bello galán.
Comparte esta nota con tus amigos académicos e intelectuales a ver quién se anima a tener un bebé tan audaz como el pequeño Emmett.