Cuando llega la hora de convertirse en padres, todos imaginan los primeros años de su bebé en casa junto a los miembros de su familia. Por desgracia, para una bebé llamada Aurora “Rori” Shane, esto no parecía posible.
Esta pequeña fue diagnosticada con enfermedad cardíaca congénita compleja. Se trata de una condición sumamente extraña y en la que muy pocos especialistas tenían experiencia.
La bebé recibió el diagnóstico apenas unos meses después de nacer.
En cuanto comenzó a mostrar los primeros síntomas, sus padres la llevaron al hospital sin imaginar que tendrían que pasar allí los siguientes meses de su vida.
Lo primero fue realizar varias cirugías en donde procuraban corregir los problemas de su corazón; pero nada resultó efectivo. Después de un par de intentos fallidos, los médicos llegaron a la conclusión de que la única manera de salvar la vida de Rori sería con un trasplante de corazón. El tiempo era vital.
Rori y su familia viven en la ciudad de Louisville en Kentucky.
Desde entonces, la angustiada familia pasó los días en el Hospital Infantil Northon para procurar que Rori contara con toda la ayuda posible. Comenzaron la búsqueda de un donante de corazón, pero su tamaño y tipo de sangre hicieron que todo pareciera verdaderamente imposible.
“Pedir ayuda a extraños no es algo fácil de hacer pero lo haría un millón de veces si así le logro dar una oportunidad a mi bebé”.
Era importante conseguir el corazón lo más pronto posible, ya que de lo contrario ya no se podría hacer nada para salvarla. Su salud empeoraba cada vez más y comenzaba a tener problemas respiratorios porque su sangre no llegaba del todo bien a los pulmones.
“Compartimos su historia en las redes porque estamos desesperados. Hemos vivido en el hospital durante casi dos años”.
Cada día que pasaba se convertía en una factura más y más grande para los padres de Rori. Decidieron pedir ayuda en las redes con la esperanza de que su historia lograra conmover a todos y ayudar en lo búsqueda de un donante.
Meses después, cuando todo parecía perdido llegó lo que tanto habían esperado. La dulce bebé consiguió un corazón y realizaron el trasplante a mediados de diciembre. Se trataba de la segunda Navidad que la pequeña pasaría en un hospital.
“Es una bendición. Los trasplantes logran que de una triste partida surja una nueva esperanza para alguien más”.
Ahora, esta hermosa bebé se encuentra recuperándose y pronto podrá volver a casa para llevar una vida normal junto a su familia. Sus padres decidieron dar a conocer su historia para crear conciencia sobre la importancia de la donación de órganos, especialmente en el caso de bebés.
Rori finalmente recibió el trasplante cuando tenía 16 meses.