Traer un hijo al mundo es una experiencia maravillosa. Indudablemente, la llegada de un bebé es una razón de alegría para sus padres.
Sin embargo, hay momentos en que esta noticia es más complicada de lo que parece, como en el caso de Jessica y Chris Hill, quienes tienen una interesante y emotiva historia en los Estados Unidos.
Esta joven pareja tenía muchos años intentando convertirse en padres y no tenían resultados. Durante nueve años probaron distintos métodos, incluidos la fertilización in vitro y el uso de embriones de otra pareja. Finalmente, esta última opción dio resultado.
Jessica estaba embarazada de gemelos, una gran noticia para la pareja. Sin embargo, poco tiempo después tuvo complicaciones en donde perdió una de las criaturas. Afortunadamente, el otro bebé se mantuvo sano.
Como si no fuese suficiente, el bebé que sobrevivió también presentó problemas. Jessica rompió aguas: apenas a las 24 semanas de estar embarazada.
Los médicos decidieron sacarlo, estaba más seguro afuera que adentro. Eso sí, sería una situación muy delicada para todos, mucho más para el bebé prematuro.
Tras muchos cuidados, recientemente Finn James Hill, que fue el nombre con el que ha sido bautizado el bebé. Fue dado de alta. 100 días duró hospitalizado. Durante todo este tiempo recibió tratamientos especiales para su condición, incluso fue intervenido en el corazón e intestinos.
“Qué batalla tan fuerte ha tenido que vivir el pequeño apenas al nacer. Ojalá y se mejore para que pueda crecer y sea un niño grande y sano que le traiga mucha felicidad a sus padres”, comentó un internauta.
Fueron momentos muy difíciles para la familia Hill, ya que el pequeño tuvo que ser trasladado del Lakeland Regional Medical Center al Nemours Children’s Hospital en Orlando, en donde tendría atenciones especiales para sus necesidades.
Finn ha ganado la batalla por su vida
Today is the day!!! I won the fight!!! I’m going home with mommy and daddy ??
Publiée par Fighting Finn sur Mardi 10 septembre 2019
Afortunadamente, ya Finn ha sido dado de alta y sus padres cuentan con su presencia en casa. Aprovechando el tiempo para alimentarlo mucho, ya que para estar mucho mejor debe subir de peso.
Actualmente pesa un poco más de 2 kilos, ha sido un cambio increíble después de apenas nacer con medio kilo.
La historia de Finn y sus papás es una demostración de cómo incluso siendo tan pequeño se puede luchar por la vida. El amor y la entrega de sus padres y el profesionalismo de los médicos que lo atendieron, contribuyeron a que no perdiera su vida y ahora sea el consentido de mamá y papá.
Comparte este inspiradora historia entre tus familiares y amigos, para que nunca renuncien en las dificultades ni pierdan la esperanza.