Traer un hijo al mundo es una experiencia maravillosa. Indudablemente, la llegada de un bebé es una razón de alegría para sus padres.
Sin embargo, hay momentos en que esta noticia es más complicada de lo que parece, como en el caso de Jessica y Chris Hill, quienes tienen una interesante y emotiva historia en los Estados Unidos.
Esta joven pareja tenía muchos años intentando convertirse en padres y no tenían resultados. Durante nueve años probaron distintos métodos, incluidos la fertilización in vitro y el uso de embriones de otra pareja. Finalmente, esta última opción dio resultado.
Jessica estaba embarazada de gemelos, una gran noticia para la pareja. Sin embargo, poco tiempo después tuvo complicaciones en donde perdió una de las criaturas. Afortunadamente, el otro bebé se mantuvo sano.
Como si no fuese suficiente, el bebé que sobrevivió también presentó problemas. Jessica rompió aguas: apenas a las 24 semanas de estar embarazada.
Los médicos decidieron sacarlo, estaba más seguro afuera que adentro. Eso sí, sería una situación muy delicada para todos, mucho más para el bebé prematuro.
Tras muchos cuidados, recientemente Finn James Hill, que fue el nombre con el que ha sido bautizado el bebé. Fue dado de alta. 100 días duró hospitalizado. Durante todo este tiempo recibió tratamientos especiales para su condición, incluso fue intervenido en el corazón e intestinos.
“Qué batalla tan fuerte ha tenido que vivir el pequeño apenas al nacer. Ojalá y se mejore para que pueda crecer y sea un niño grande y sano que le traiga mucha felicidad a sus padres”, comentó un internauta.
Finn ha ganado la batalla por su vida