Cuando el amor es verdadero no hay ninguna prueba que sea lo suficientemente grande para no afrontarla unidos. Tal como ha demostrado una incondicional pareja de esposos en Brasil, quienes han tenido que enfrentarse al cáncer por partida doble, cada uno apoyado en el otro.
La esposa, Cláudia Melo, fue diagnosticada con un tumor en su mama y Emerson Luiz, en los testículos. Ambos se encontraban en una etapa avanzada y encontraron en el otro la fuerza necesaria para enfrentar la enfermedad.
Desde niña, ir al hospital fue uno de los mayores temores de la gerente de cuentas Cláudia Melo, de Ribeirão Preto. Sin embargo, a los 47 años se vio obligada a repensar su miedo cuando recibió, en la misma semana que su esposo, su diagnóstico de cáncer de mama. De repente, las visitas a las instalaciones de salud se volvieron constantes.
Cada vez que va al hospital, Cláudia cruza las puertas de entrada con más certeza de que, hoy, nada es capaz de derrumbarla.
«El cáncer habla más de la vida, porque a pesar del cáncer, no moriste. Tienes una oportunidad. La forma en que veo la vida ha cambiado totalmente. Estaba muy concentrada en el trabajo, en el tener y de repente me di cuenta de que lo más importante es estar con la persona que amas», afirma la mujer.
Cláudia sospechó el cáncer cuando se palpó las mamas y notó un bulto a fines de 2018. Se sometió a una mamografía, considerada por los médicos como la forma más efectiva de prevenir la enfermedad, pero el examen no identificó el tumor. Preocupada, le hicieron una biopsia y, en julio de 2019, le diagnosticaron.
A partir de entonces, la trayectoria estuvo llena de tristes noticias. El cáncer ya estaba en riesgo de extenderse por el cuerpo y los médicos consideraron que el tumor, de ocho centímetros, era demasiado grande para extirparlo después de la cirugía. Antes, se necesitaban sesiones de quimioterapia, lo que hizo que se le cayera el cabello y se sintiera enferma.
Su amor es incondicional
El diagnóstico llegó mientras Cláudia acompañaba a su esposo, Emerson Luiz, al hospital. Era viernes y Emerson, quien se había sometido a una cirugía apresuradamente para extirpar un tumor recién descubierto en su testículo, comenzaría las sesiones diarias de quimioterapia el lunes siguiente.
Lo que en un principio parecía un problema resultó ser la mayor fuente de inspiración para Cláudia. Día tras día, encontró en su esposo la fuerza que necesitaba para afrontar la enfermedad y, cuando cambió drásticamente su rutina, vio en sus tres hijos un motivo para hacer todo lo necesario e intentar vencer al cáncer.
El tratamiento de Emerson terminó en noviembre de 2019 y Cláudia continuó con el suyo. Después de terminar la quimioterapia, se sometió a una cirugía para extirpar lo que quedaba de su tumor y un ganglio linfático en una de sus axilas.
Cláudia tuvo 33 sesiones de radioterapia, concluidas en julio, en medio de la pandemia de coronavirus, e inició la etapa de su tratamiento actual, que incluye un tipo de quimioterapia más suave y sin efectos secundarios, realizada cada 21 días.
El miedo provocado por la pandemia y también el cáncer fue superado por la pareja, acostumbrada a las dificultades, demostrando que no existe nada más fuerte que el amor y la esperanza en la vida. ¡Enhorabuena por este par de guerreros que se aferraron a la vida!
Si tú también crees que el amor mueve al mundo, no te vayas sin compartir.