La madera es uno de los más antiguos y versátiles materiales utilizados para crear grandes obras de arte, si bien hay quienes asisten a talleres para aprender esta habilidad, otros tienen un gran don y la trabajan con tanta sutilidad como si fuera algo innato tallar y pulir grandes esculturas.
Una de esas personas es Marck Anthonny González Zeta, un niño de 13 años que a su corta edad ha alcanzado el reconocimiento y la admiración que otros logran después de años.
A diferencia de otros niños el cincel, los mazos y todas las herramientas para tallar madera eran sus juguetes favoritos.
Marck es oriundo de la localidad de Santa Rosa, en Piura-Perú, su talento ha llamado la atención de las autoridades locales quienes decidieron apoyarlo ofreciéndole una beca para estudiar Arte en el Instituto de Bellas Artes del país.
Si te preguntas cómo comenzó a desarrollar esta habilidad, increíblemente desde que solo era muy pequeño utilizaba las herramientas e incluso ignorando su nombre, sabía perfectamente qué hacer con ellas.
Ya muchas personas reconocen su talento.
Sin tener ningún tipo de formación académica más que pasión por la madera, nos hace pensar que es un niño elegido y bendecido para crear grandes obras con sus pequeñas manos.
A su corta edad llegó a esculpir El señor cautivo de Ayabaca, una escultura ubicada en el altar mayor del templo de Nuestra Señora del Pilar en la ciudad de Ayabaca-Perú desde 1.751. La escultura fue declarada patrimonio cultural de la nación y se recomendó la confección a artesanos ecuatorianos, considerados para ese tiempo, excelentes escultores de imágenes religiosas.
Marck encuentra en los pequeños detalles una inspiración para tallar.
Hoy día, Marck ha logrado hacer una réplica de la emblemática escultura y se ha convertido en un gran tallista de vírgenes. Si bien la situación económica de la familia del pequeño artista es bastante delicada, ahora se les ha abierto una puerta de esperanza donde en un futuro no muy lejano podrán salir adelante.
La municipalidad de Tambogrande anunció la beca de Marc por todo lo alto, con bombones y platillos todos celebraban el gran premio del destacado artista local.
Ser becado es una de las más grandes bendiciones para el joven y su familia.
Desafortunadamente, la educación es un privilegio muy costoso en muchos países suramericanos y no todos pueden acceder a tener una educación de calidad.
Por lo que es un gran honor que Marck pueda estudiar gratis en el Instituto de Bellas Ares de Perú y pueda explotar todo su talento.
Su trabajo se dio a conocer cuándo comenzó a vender vírgenes y santos para ayudar a su familia durante la pandemia.
El alcalde de la localidad, Alfredo Rengido, se contactó con el niño y la familia donde confirmó su compromiso de poder ayudarlo.
Marck, literalmente está esculpiendo su futuro. Deseamos tenga mucho éxito y se convierta en todo un referente del arte en madera.
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