Indudablemente el hábito del aseo personal es muy importante para el bienestar general de cada quien y debe realizarse en un ambiente privado y aun así con mucha discreción.
Sin embargo, no todas las personas piensan igual y no les importa tomar el riesgo de practicar su aseo personal en un ambiente público y expuesto a las miradas de muchos.
La cámara de seguridad de una perfumería fue la responsable de grabar las imágenes de esta mujer que no mostró ninguna preocupación al levantarse el vestido para rociar sus entrepiernas, muslos e incluso sus bragas, con abundante perfume que tomó del mostrador de la tienda.
En las imágenes se observa a esta mujer en la tienda con un comportamiento aparentemente normal que en instantes se desbordó en abuso cuando de pronto se duchó en perfume, rociando gran cantidad por todo su cuerpo.
Cuando se disponía a regresarlo al anaquel titubeó y miró alrededor para detectar si había alguna otra persona cerca, luego levantó su vestido de flores y roció generosamente el perfume por todas sus entrepiernas incluyendo sus bragas.
Algunos se preguntan si tendría alguna cita amorosa o si simplemente practica este particular hábito.
Sinceramente la respuesta de tal acción se desconoce, lo que sí quedó a la vista de todos fue este vergonzoso acto grabado en unas imágenes que se han hecho virales en las redes sociales.
Definitivamente no calculó que estaba parada justamente debajo de las cámaras de seguridad.
Sin lugar a duda, el esfuerzo que hizo para que nadie la observara y evitar ser atrapada por el uso indebido del perfume en la tienda no sirvió de mucho. Esta experiencia con aroma de perfume quedó empañada con unas imágenes vergonzosas que han sido publicadas en las redes sociales.
Los comentarios no se hicieron esperar sobre el comportamiento de la mujer de vestido con estampas de flores a media pierna, que perdió el glamour y la elegancia al dejar parte de su intimidad expuesta a los ojos del mundo.
Seguramente esta grabación representa para esta mujer un aprendizaje sobre dónde debe perfumar sus partes íntimas.
Debe resultar muy incómodo estar en los zapatos de esta mujer, sin embargo, debió pensar en eso antes de comportarse así. No sólo exponer parte de su privacidad e intimidad sino también abusar de los productos que coloca la tienda para el buen uso de los clientes.
Es una historia que lleva inmersa una reflexión sobre la importancia de cumplir y respetar las normas para una convivencia sana. Seguro que la mujer aprendió la lección y si hay otros atrevidos capaces de hacer lo mismo en las perfumerías seguro que estarán alertas ante las cámaras.
No te vayas sin compartir esta particular anécdota en tus redes. ¿Qué te parece?