La descomposición social que se vive en esos tiempos nos demuestra una línea en ascenso de la pérdida de valores y del respeto a los derechos humanos, sobre todo del derecho a la vida.
Los atentados están dejando a muchos hogares inmersos en la tristeza e impotencia por la inesperada pérdida de un ser querido.
Estados Unidos recientemente fue víctima de un terrible acto de violencia que acabó con la vida de 59 personas en Las Vegas.
La escena que se vivió impactó su historia, dejando una huella imborrable con sangre inocente derramada en las calles de una ciudad llena de diversión, alegrías y luces por doquier. Puedes recordar aquí la noticia.
No había gente circulando por las calles, excepto las furgonetas forenses que se trasladaban por las calles para retirar los cuerpos de aquellos que tristemente fueron alcanzados por las balas disparadas por Stephen Paddock, el hombre que se dispuso acabar con la vida de centenares de personas.
David Newton, oficial de la unidad K-9 del Departamento de Policía de Las Vegas, aseguró que Paddock calculó en cuáles posiciones debía disparar para causar el mayor número de muertes.
Su objetivo era tener la mayor precisión posible y calcular bien la distancia adecuada para que los disparos alcanzaran a más personas.
En su habitación, encontraron una nota con cálculos, números y comentarios realizados por el autor de la masacre.
El trabajo del equipo médico y forense continuó durante más de 16 horas después de aquel suceso tan terrible.
Las imágenes muestran las consecuencias de aquel ataque mortal.
La policía advirtió que la identificación completa de los heridos mortales sería un proceso que tomaría su tiempo. Las autoridades facilitaron a los familiares desaparecidos en Las Vegas una línea telefónica para su rápida atención.
Fue Stephen Paddock, un hombre de 64 años, que sin causas aún conocidas decidió abrir fuego desde el Hotel Mandalay Bay sobre una multitud de miles de personas que estaban en un concierto de música country.
El sonido repetido y constante de los móviles de quienes perdieron la vida era una muestra de la incertidumbre que se apoderaba de sus familiares y seres queridos.
Para el lunes 02 de octubre en la noche todos los cuerpos que se habían reconocidos fueron trasladados a la oficina del forense. Los investigadores seguían procesando la información restante de la escena en los terrenos del festival y pidieron paciencia a la población.
Realmente las calles alegres y llenas de luces se pintaron de dolor.
Ropa en la calle, calzados dejados en el camino, manchas de sangre, lágrimas en las esquinas, suministros médicos para el tratamiento de los traumatismos, fueron parte de esta desesperante experiencia.
Varias carretillas de ruedas quedaron manchadas de sangre de quienes fueron víctimas del tiroteo en masa en el festival.
Joseph Lombardo, juez del condado de Clark, dijo que las personas heridas fueron trasladadas a 5 hospitales del sur de Nevada.
La solidaridad de los residentes de Las Vegas se hizo presente en la jornada de donación de sangre que se realizó de emergencia después de la tragedia.
Hasta el lunes 02 de octubre por la noche, se habían contabilizado 527 heridos y 59 muertos, para ese momento no se precisó si dentro de los fallecidos estaba contada la muerte de Stephen, el francotirador que se suicidó cuando la policía irrumpió en su habitación en el piso 32.
El juez comentó que había recibido cientos de llamadas por artículos personales que fueron extraviados en el lugar donde se celebró el festival de música. Indicó que una vez terminada la labor de identificación de los cuerpos ayudarían en la recuperación de estos artículos personales.
Stephen abrió fuego contra los asistentes al festival del hotel Mandalay Bay y se suicidó cuando las autoridades lo descubrieron.
El juez Joseph, comentó que los investigadores recuperaron 18 armas de fuego y miles de municiones en una de las casas del asesino.
Compartimos un mensaje de solidaridad en medio del dolor que todavía embarga a muchas familias por culpa de la violencia desmedida de un hombre que atentó contra tantos inocentes.