El amor es el sentimiento más hermoso y fuerte que existe, un enamorado es feliz si el ser amado lo está y sufre cuando no. Lo sabe muy bien una ancianita en Estados Unidos, que se conforma con ver a través de una ventana a su esposo enfermo con el COVID-19.
Dorothy Campbell es una abuela de 88 años, y durante sesenta de ellos ha estado casada con su esposo Gene Campbell, de 89. Tienen toda una vida llena de experiencias, momentos y vivencias compartidas, formaron una hermosa familia con hijos y nietos.
Pero los problemas de salud de Gene, llevaron a la familia a ingresarlo al geriátrico Life Care Center, en Kirkland, ciudad de Washington. Por desgracia, el establecimiento de adultos mayores ha sido afectado por el coronavirus y sus residentes se encuentran en cuarentena.
La situación se ha hecho crítica, varios de los ancianos han muerto, y muchos se han contagiado.
Por eso las visitas han sido suspendidas, y Dorothy no ha podido estar cerca de su compañero como solía hacerlo. Tampoco recibía respuestas cuando llamaba.
No tenía forma de hablar con su esposo, y le pidió a su hijo Charlie Campbell; quien es enfermero retirado de Silver City, en Nuevo México, que la llevara a visitarlo.
Por razones de seguridad, la entrada al geriátrico no estaba permitida, Pero ella se conformaba con mirarlo, aunque fuese de lejos a través de los vidrios de la ventana de la habitación.
No existen palabras para describir la ternura mezclada con dolor del rostro de Dorothy cuando miró a su Gene. Su hijo le prestó el teléfono para que pudieran comunicase.
Las imágenes del emotivo momento fueron compartidas en las redes sociales, y los internautas se conmovieron al ver tanto sentimiento y dolor entremezclado.
¡Cuánto daría la octogenaria mujer por tocar la mano de su compañero, y poder abrazarlo!
Los familiares se han quejado de la poca información que reciben; y Beecher Hunter, presidente del establecimiento, se ha visto en la obligación de dar respuesta a través de un comunicado.
“El personal sigue proporcionando atención a nuestros residentes, la mayor prioridad del centro, y a nuestros asociados, que son nuestro mayor recurso para brindar la atención”, dijo el presidente.
La institución se lamenta por los ancianitos que han perdido la vida producto del terrible virus.
“Nos afligimos con las familias que han perdido seres queridos; personas que fueron miembros importantes de nuestra familia profesional”, agregó Hunter.
Por su parte, Dorothy no pierde las esperanzas de que Gene sea fuerte y, cuando pase el peligro de contagio, puedan estar juntos de nuevo.
Comparte esta hermosa y emotiva historia con todos tus amigos, para que valoremos el amor sobre todas las cosas.