Pese a los avances que se han hecho en torno a la búsqueda de la integración plena en la sociedad de personas con síndrome de Down, en ocasiones salen a la luz casos lamentables de tratos injustos que significan un paso atrás en la lucha por los derechos de todas las personas quienes padecen dicha condición.
Hace unos pocos día surgió una denuncia por parte de una joven madre de un pequeño con Síndrome de Down, quien fue tratado injustamente por las autoridades de la escuela infantil en donde estudia, pues no le informaron ni a él ni a su familia acerca de la venidera celebración de su acto de grado.
De esta forma, el triste caso de Val Elizondo y su hijo Romeo de 6 años, ambos habitantes de la ciudad de Torreón, México, dio mucho de qué hablar. La mujer acusó abiertamente a los directores del plantel de obrar con una actitud inhumana en contra de su pequeño Romeo.
También dijo que su querido Romeo es sumamente aplicado en sus estudios. Sin embargo, a pesar de cumplir con todas sus obligaciones, no fue notificada de la graduación que se haría para sus demás compañeros de clase.
Aseguró que, cuando le preguntó a la maestra si se realizaría o no el evento, esta contestó de una forma deshonesta, indicándole a la madre que, supuestamente la graduación no había obtenido el permiso, que enviara una foto del niño con el uniforme, y que luego sería avisada para recoger la acreditación de su hijo.
Días después de aquella conversación con la docente, Val pasó por el frente del plantel y se dio cuenta de que estaba abierto. Además, se estaba realizando una actividad con todos los demás alumnos uniformados, rodeados de arreglos de graduación.
“¡Se me hace una injusticia de verdad! Me dio mucho coraje y sentimiento. Le marqué a la maestra a las 9:40 am y le pregunté y me dijo: ‘ande señora, perdón, discúlpeme, se me olvido avisarle, tenía mucho trabajo. Tráigaselo ahorita, el evento empieza a las 10:00 am’”, contó Val, muy dolida.
Obviamente, la mujer, indignada, se abstuvo de llevar a su graduando al festejo. Finalizó su publicación con un mensaje lapidario dirigido al personal que labora en la institución, deseándoles a todos que ojalá nunca tengan que vivir lo que ella y su hijo vivieron. Además, los bendijo.
“Solo les deseo que jamás tengan que pasar por una situación tan humillante y de clara y absoluta discriminación. Que todos sus hijos y familia se encuentren sanos. Dios les bendiga”, se lee en corolario del post de Val.
Ahora, Val no se da por vencida y está planeando una celebración por todo lo alto y en limusina para honrar a su pequeño Romeo.
Ella compartió esta noticia a través de sus redes sociales y varias personas se han unido a su causa organizando y patrocinando el evento.
A todas ellas incluidos los organizadores Luciana Alvarado Briones y ‘El Sonidero de Torreón’, agradece infinitamente por su apoyo y cariño para Romeo, un ángel que merece igual que todos los niños de este mundo tener una infancia feliz.
La visibilidad de las personas con síndrome de Down es básica para la normalización de su situación. Mientras no las veamos de manera natural y no impostada, va a ser difícil hacer renunciar a la gente a sus prejuicios absurdos. Comparte esta historia con tus amigos.