En la antigüedad la mujer no tenía ningún tipo de papel visible en la sociedad. Su rol estaba limitado al hogar o elegir entregarse a la vida religiosa, pero esto ha quedado atrás.
Cada vez son más las mujeres que ocupan cargos importantes en empresas, en la política o que deciden iniciar un emprendimiento propio. Muchas de ellas lo hacen, incluso, ante los prejuicios de la familia.
Para algunas personas, una mujer soltera y sin hijos puede resultar contradictorio o poco natural pero especialistas aseguran que esta es la población femenina que goza de mayor felicidad.
Ante esta aseveración pensar que la mujer está obligada a formar una familia y tener una pareja es una cuestión que debe quedar en el pasado.
De este modo lo ha explicado Paul Dolan, profesor de ciencias del comportamiento y jefe de este Departamento en la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres.
Dolan dio una conferencia en el Festival de Gales el pasado 25 de mayo, y en ella señaló la existencia de evidencias recientes que dejan al descubierto cómo el éxito no se correlaciona con la felicidad, especialmente, cuando se habla del matrimonio y la crianza de los hijos.
Este profesor es autor del libro “Diseña tu felicidad” (2014), así que su recorrido es este tipo de investigaciones es bastante conocida.
Sin embargo, durante la conferencia llamó poderosamente la atención al hacer referencia al matrimonio como algo esencial para el hombre pero no precisamente para la mujer, pues una mujer soltera y sin hijos es mucho más feliz.
Veamos parte de su discurso:
Las personas casadas son más felices que otros subgrupos de la población, pero sólo cuando su cónyuge está en la habitación y se les pregunta qué tan felices son. Cuando el cónyuge no está presente, responden: ‘mal**to miserable’.
Tenemos algunos buenos datos longitudinales que siguen a las mismas personas a lo largo del tiempo pero podría hacer un gran daño a los participantes, así que sólo diré: si eres un hombre, probablemente debas casarte. Si eres mujer, no te molestes.
Dolan ha desarrollado esta conclusión a partir de la Encuesta sobre el uso del tiempo en Estados Unidos (ATUS), en la cual registró y comparó los niveles de placer y miseria en personas solteras, casadas, divorciadas, separadas y viudas. Los detalles del estudio están puntualizados en su libro.
Según postula este hombre, las personas casadas estarían mintiendo pues sólo se muestran o dicen estar felices frente a sus parejas. Pero el asunto cambia radicalmente cuando la pareja no está presente en la sala.
Parece entonces que en el momento de intimidad, el entrevistado se siente libre de confesar realmente qué tan feliz es al lado de su pareja.
Solo bajo la presencia de la pareja en la habitación, se reportó que el nivel de felicidad del casado frente al no casado era mayor.
Dolan atribuye este engaño como una forma de comportamiento similar a un mecanismo de defensa para la pareja. Que alguien no sea feliz no significa que quiera herir a su compañero.
Además, el profesor apunta que el nivel de felicidad alcanzado en el matrimonio puede variar de un género a otro.
“[Los hombres] toman menos riesgos, ganan más dinero en el trabajo y viven un poco más. Ella, por otro lado, tiene que aguantar eso y muere antes que si nunca se casara. El subgrupo de población más saludable y feliz son las mujeres que nunca se casaron o tuvieron hijos” expuso Paul Dolan.
Las posiciones desiguales entre hombre y mujer dentro de una relación no son nada nuevo. Todos sabemos que a nivel social la responsabilidad del orden familiar parece caer enteramente sobre los hombros de la mujer.
Son ellas quienes deben mantener el hogar en orden y a los hijos bien cuidados, además de atenderlos a ellos y a su esposo.
Sin embargo, esto no quiere decir que en algunas relaciones las responsabilidades no se distribuyan de mejor manera, pero sabemos que sucede con poca frecuencia. Y es precisamente de estas responsabilidades de las que se libra una mujer soltera, pero ¿qué tan alto es el peso social que debe pagar por ello?
Por desgracia, en ocasiones, aquellas que han decidido realizarse y construir su felicidad sin formar familia, llegan a ser duramente criticadas por las personas a su alrededor.
Todo esto responde a los estigmas con los que, aún en esta época, debe convivir la mujer. Algo que, según Dolan, pude crear infelicidad en las solteras.
“Ves a una mujer soltera de 40 años, que nunca ha tenido hijos: ‘bendita, es una pena, no es así, tal vez algún día te encuentres con el hombre adecuado y eso cambie’. No, tal vez se encuentre con el tipo equivocado y eso cambiará. Tal vez conozca a un chico que la haga menos feliz y saludable, y muera antes”, dijo Paul.
Cada quien es libre de decidir de qué modo lleva su vida, si con pareja, hijos o en solitario. Sin embargo, los aportes hechos por este investigador seguro resultan un gran alivio para más de una.
Solo recuerda que lo más importante siempre será hacerte consciente de los medios necesarios para alcanzar tu propia felicidad, sin importar los estigmas sociales.
No te marches sin compartir este interesante estudio. Las mujeres deben aprender a buscar su felicidad y dejar de sentirse atadas a lo que «desea» la sociedad.