Melania Capitán, es una joven catalana de 27 años conocida por su desempeño como cazadora y bloguera, ha recibido amenazas de activistas defensores de los animales por su práctica en la caza que muchos condenan por atentar contra la vida de las especies.
La noticia de su fallecimiento ha estremecido a las redes sociales. Su cuerpo fue hallado sin vida durante la madrugada del miércoles en la granja de Huesca de acuerdo a lo que informó la Guardia Civil de Aragón.
Sus amigos cariñosamente la llamaban Mel, y presumen que se habría quitado la vida. Ella colaboraba para la revista Jara y Sedal, quienes informaron que la joven se despidió de sus seres más allegados.
Mel tiene más de 32.000 seguidores en Facebook y casi 8.000 en Instagram, puedes visitar su perfil aquí.
En sus redes sociales ella compartía sus experiencias sobre la caza, actividad que definía como su pasión. En su biografía de Instagram escribió:
“Nací cazadora y es lo que seré siempre. No por ser cazadora soy menos mujer. Defenderé y viviré mi pasión hasta que deje de respirar”.
La joven cazadora, oriunda de Badalona y residente en Huesca, denunció que recibía continuas amenazas de los animalistas en las redes sociales, incluso tras conocerse la noticia de su muerte, algunos activistas radicales expresaron ofensas contra ella.
Una de las amenazas que recibió fue: “Te vamos a callar con una bala en la frente”, “Espero que alguien te dé una paliza que te deje cuatro meses en coma”, entre otros comentarios que ella denunciaba a los medios de comunicación describiendo la situación como insostenible.
Su última publicación en Instagram fue una imagen de su perro donde menciona las altas temperaturas de ese día.
“Lo de hace calor lo dice porque está en el infierno. Púdrete allí y gracias por dejar de asesinar animales inocentes por tu ego y tu cobardía, nos has hecho un favor a la humanidad, bye bye”.
Se pudo conocer que la joven tomó la decisión de quitarse la vida por asuntos personales, y no como presumen los usuarios de las redes sociales que alegan que se deprimió por las amenazas que recibía durante años.
Antes de suicidarse Melania llamó a sus familiares y amigos para despedirse, pero lamentablemente no pudieron evitar este desenlace fatal.
Quienes condenan la violencia contra los animales tampoco deben actuar de manera agresiva contra los seres humanos ni verbal, ni física, ni psicológicamente.
Debemos defender el derecho a la vida con respeto, y promover la tolerancia y la paz. Comparte esta noticia con tus amigos.