No hay un dolor más grande para un hijo que ver enfermar y padecer a los seres que te dieron la vida y que cuidaron de ti a cada instante. No obstante, en ocasiones la vida nos enfrenta a momentos por demás desgarradores que nos rompen el corazón y nos sumen en una terrible depresión.
Esto es lo que vive María Saraí Rodríguez, una adolescente que se enfrenta junto a su hermano menor a la peor de las tragedias: perder a su madre, Alma Orozco, habitante de La Villita, Chicago, Estados Unidos, a causa del coronavirus, con tan solo 46 años de edad.
El último momento en el que la joven pudo ver el rostro de su madre fue cuando ella partió de casa para ir al hospital, después de haberse autoasislado por presentar síntomas como tos y fiebre; lo único que deseaba era no contagiar a sus amados hijos y esposo.
“Me dijo: no te preocupes, yo ahorita vengo. Traté de salir de mi cuarto lo más pronto posible para ver si la podía ver y solo vi la puerta cerrarse. Fue la última vez que la pude ver”, dijo María Saraí, recordando a su madre.
Alma, la amorosa madre, perdió la batalla contra el coronavirus el pasado 13 de mayo, no sin antes escuchar por última vez la voz de su hija, para confesarle que ya no podía más. Eran alrededor de las 6:00 am y le encomendó una difícil misión: cuidar de su hermano y de su padre.
“Hija, yo ya no puedo más. Cuida a tu papá, cuida a tu hermano… Dios te bendiga”, esas fueron las últimas palabras de la madre.
Fueron esas tristes palabras la despedida de la incansable mujer que se mantuvo trabajando hasta el final para darle lo mejor a su familia, teniendo que morir sola en la cama de un frío hospital y sin poder despedirse de Ricardo, su esposo de 45 años de edad, por miedo de contagiarlo ya que sufre de cáncer y acababa de despertar de un coma.
“Me dijeron los doctores que tengo tres tipos de cáncer en el cuerpo, uno de ellos se está comiendo mis huesos, mi sangre…”, contó Ricardo.
Lamentablemente, por su condición, Ricardo no puede hacerse cargo de sus hijos ahora que su querida esposa ha partido al cielo, por lo que estos momentos son más que difíciles para la devastada familia, quienes han decidido crear una campaña GoFundMe para poder cubrir los gastos del funeral de Alma y, además, salir adelante sin nadie que pueda sostenerlos.
Siempre la recordarán con amor
Hoy más que nunca, debemos abrir nuestros corazones hacia los más necesitados. Nadie es inmune al coronavirus, por eso debemos apreciar cada momento al lado de nuestra familia y seguir las medidas de seguridad para evitar el contagio.
Comparte esta dramática historia con todos tus amigos y recuerda que todos podemos poner de nuestra parte para ayudar en la pandemia.