Te presentamos a Laura Mae Davis, una mujer que nos demuestra, a sus 90 años, que las historias de amor no son exclusivas del cine o de la televisión. Ella asistió recientemente al Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial, ubicado en Nueva Orleans, Estados Unidos. Su intención era ver una exposición que conmemoraba la vida de su novio de secundaria, el soldado Thomas Jones, el cual murió en Japón por culpa de una bala de un francotirador.
Pero no estaba preparada para ver lo que halló, fue increíble: encontró el diario de Thomas, que incluía su último deseo. Era el mismo diario que ella le había regalado muchos años atrás.
“No tenía ni idea de que el diario estaba ahí”, dijo Laura entre lágrimas.
Aquí está Laura, sosteniendo su fotografía, que Thomas llevó con él en cada batalla.
Y éste es Thomas… Un soldado muy guapo 😉
La primera hoja fue escrita durante el entrenamiento de Thomas, y dice así: “…La historia de mi vida durante mis días en la marina… Y sobre todo, sobre mi amor por Laura Mae, por quien mi corazón está completamente lleno. Entonces, si tienen la oportunidad, devuélvanselo a ella, por favor. Ésto lo escribo como mi último deseo en la vida.”
Una página con fotos donde se muestra la personalidad alegre y optimista de Thomas a pesar de las experiencias duras en la guerra.
El último escrito de Thomas explicaba cómo se había ganado 320 dólares apostando con otros soldados y lo que le gustaría hacer con el dinero. «Laura y yo tendríamos una navidad maravillosa», escribió.
Ésta es la notificación que el gobierno de Estados Unidos cuando Thomas perdió la vida.
Así fue como Laura halló el diario y el uniforme de su amor de juventud. Era como si él mismo le estuviera entregando un preciado tesoro.
Es la primera vez que alguien encuentra su nombre mencionado en un artículo de este museo. Eso le permitió a Laura sostener en sus propias manos el frágil cuaderno, con guantes especiales, claro.
El diario sigue en el museo, pues así estará mejor conservado, pero a Laura se le facilitaron las digitalizaciones del cuaderno. Así se cumplió el último deseo de Thomas.
Laura y Thomas nunca se comprometieron, pues eran muy jóvenes. Ellos tuvieron un cortejo dulce, como los de antes. Se graduaron de la escuela, fueron al baile de final de curso juntos y él le confió su anillo de graduación, un símbolo de su tierno compromiso.
Ella ha donado el anillo a la exposición del museo y ahora atesora con mucho cariño esas memorias que Thomas le dedicó durante sus momentos más duros. Sin duda, una historia digna de recordar.
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