Layla Evetts es una dulce niña que ha logrado hacer historia. Fue diagnosticada con una agresiva forma de cáncer y los médicos le pronosticaban tan solo 9 meses más de vida. Sin embargo, Layla formó parte de un ensayo clínico y ahora su tumor se encuentra sumamente reducido y los síntomas no paran de desaparecer.
Layla recibió el diagnóstico cuando cumplió 6 años de edad.
Todo comenzó cuando los padres de Layla notaron que había algo muy extraño en su ojo derecho. Su párpado parecía un poco caído y su pupila también parecía moverse de manera extraña.
El oftalmológico pensó que no sería nada grave, probablemente cuestión de un problema con algún nervio pero para descartar cualquier problema decidió hacer una resonancia magnética cerebral.
Layla y su familia viven en la ciudad de Burleson en Texas, Estados Unidos.
Fue entonces cuando llegaron las peores noticias. La pequeña Layla tenía Glioma pontino intrínseco difuso. Una extraña forma de cáncer localizada en su tronco cerebral de tal manera que era completamente imposible remover quirúrgicamente.
Los síntomas son dificultad al caminar, problemas en los ojos, dificultad para tragar, nausea y debilidad facial.
Este tumor se suele encontrar en niños de entre 5 y 9 años de edad y sus efectos suelen ser devastadores. Los doctores les explicaron que no había ningún tratamiento posible para salvar la vida de su hija.
“Recomendaron que la lleváramos a un hospicio. Dijeron que había experimentos clínicos pero que realmente no los recomendaban. Prácticamente le dieron una sentencia de muerte. Fue devastador”.
Los padres de Layla quedaron abrumados ante el terrible diagnóstico, pero decidieron que harían todo lo posible por darle a su pequeña una oportunidad de vivir. Tras mucho investigar encontraron un ensayo clínico hecho para niños con el tumor de Layla. El Centro Cancerígeno MD Anderson de Houston quedaba tan solo a 4 horas de distancia así que decidieron visitarlo.
La posibilidades de sobrevivir este tipo de tumor no superan el 10%.
Layla comenzó a recibir un tratamiento de quimioterapia oral y radiación con una droga llamada Vorinostat que había demostrado ser exitosa para casos de cáncer en pulmón.
“Layla fue muy fuerte. No tuvo náuseas y presentó muy poca pérdida de cabello”.
El tratamiento continuó a lo largo de un par de meses y en la siguiente resonancia comenzaron a aparecer las razones para celebrar. El tumor de Layla se había reducido drásticamente.
El tumor medía 3.8 cm y después del tratamiento se había reducido a 1.6 cm.
El tumor no desapareció por completo pero tampoco ha vuelto a crecer desde entonces. Los médicos han asegurado a la familia que la pequeña está casi curada. Sus padres se encuentran sumamente felices al ver que los síntomas comienzan a desaparecer y Layla se ve cada vez más llena de vida.
“Ha recuperado el equilibrio y ya no tiene visión doble. Ha vuelto a ser una niña de seis años. Quisiera que el tumor desapareciera por completo pero en esta batalla conseguir estabilidad es ganar”.
Celebramos esta maravillosa recuperación y esperamos que la dulce Layla pueda descansar y pasar tiempo con su familia después de estos meses tan difíciles.
Los padres de Layla demostraron que nunca debemos dejar de luchar por nuestros seres queridos. Comparte esta hermosa historia para inspirar a muchas personas más.