Los incendios forestales en Australia se han convertido en una de las peores catástrofes de la historia del planeta Tierra. No obstante, esta situación ha sacado los mejor de muchos seres humanos que se han visto identificados con las víctimas de la devastación y el horror generados por el intenso fuego.
De estos maravillosos héroes anónimos ha destacado el noble y arriesgado gesto de un hombre de 57 años que, salvó a 12 personas de morir calcinadas en un incendio en los alrededores de Sidney.
El humo provocado por los incendios forestales detrás del lago Conjola visto desde el bote donde huyeron.
Los 12 afortunados se encontraban dentro de una residencia que comenzó a arder la pasada víspera de Año Nuevo, justo en el momento en que Brett Cripps y su padre de 75 años, comenzaron a cargar su pequeña embarcación con lo necesario para evacuar el sitio de desastre, rumbo hacia el Lago Conjola, a 235 kilómetros al sur de la mencionada ciudad.
Una llama repentina provocó un enorme fuego que, en cuestión de minutos afectó a cinco propiedades, incluida la suya.
Familia Flaxman
A metros de esa casa, junto a un lago, dos familias festejaban las fiestas de fin de año. Una de las personas que vacacionaban en la zona era Jillie Flaxman, quien estaba con su marido Andrew Flaxman y sus cuatro hijos. En la casa contigua estaban su hermana, cuñado, un amigo de la familia y tres sobrinos. En total cinco adultos y siete niños.
Lo terrible del asunto es que ninguna de estas dos familias contaba con un bote para poder escapar, por lo que su destino fatal parecía estar sellado en ese bosque de fuego, humo y cenizas.
Todos a bordo de la embarcación de Brett Cripps y su padre siendo rescatados del incendio
La desesperada mujer rogó a su vecino para que salvara a los niños, pero Cripps los subió a todos a su embarcación, incluso a riesgo de que la pequeña lancha de cinco metros cediera ante el exceso de peso, lo que por fortuna no sucedió y todos fueron puestos a buen resguardo.
Mientras se alejaban del incendio Los Cripps observaron como su hogar de toda la vida, desaparecía entre las llamas. Toda una vida de trabajo y amor compartido bajo un mismo techo quedó destruido en segundos.
“Sabía que tenía ayudar. Les grité que debían salir de allí. Fueron tres horas de infierno. Estábamos a unos 450 metros de la orilla y todavía se sentía un calor tremendo. Lo perdimos todo, 50 años de recuerdos. Es duro”, indicó Cripps.
Por su parte, Flaxman, afirmó que, que de no haber sido por la rápida acción los hombres, tal vez ni ella ni su familia lo estarían contando.
La mujer ha catalogado a la pareja como héroes y asegura que no habrá un momento de su vida en el que no tenga presente al decidido y valiente dúo que les salvó la vida.
“Le debemos nuestras vidas. Podría habernos dejado allí perfectamente, pero nos dijo que podía oír nuestros gritos en la orilla. El barco no estaba ni siquiera cerca del muelle. Tuvimos que lanzar a los niños al bote”, señaló.
Claramente, las vidas humanas son una prioridad en estas situaciones, pero no podemos olvidarnos de que compartimos este mundo con otras criaturas. Un acto de humanidad lo merecemos todos.