Convertirse en madre no es tarea sencilla. Un bebé llega para cambiar nuestras vidas para siempre, así que todas las mujeres embarazadas procuran aprovechar al máximo los nuevemeses de espera y prepararse lo mejor posible.
Sin embargo, hay casos como el de Carlo Collazo en donde un fuerte dolor de estómago se convirtió en nada menos que un inesperado parto y todo sin siquiera saber que estaba embarazada.
Carlo quedo embarazada con 37 años.
Durante mucho tiempo, Collazo había intentado convertirse en madre. Sin embargo, los médicos le dijeron que sufría de un síndrome que disminuía significativamente sus probabilidades de llegar a concebir.
Se trataba de los ovarios poliquísticos, también conocido como Síndrome de Stein-Leventhal. Produce un fuerte desorden hormonal, formación de múltiples quistes y por lo tanto cierta dificultad para lograr quedar embarazada.
“Lo intenté por años pero nunca lo logré. Finalmente me dije: ‘Ya no va a suceder’”.
A pesar de que ya se había rendido, Collazo comenzó a sentir unos extraños síntomas. Sus tobillos comenzaron a hincharse y se encontraba un poco agotada los últimos meses. No ganó más peso de lo normal, pero sí prefirió realizarse tres pruebas de embarazo para descartar cualquier posibilidad.
Carlo vive en Delaware en los Estados Unidos.
Todos los resultados fueron negativos, así que simplemente pensó que se encontraba algo cansada por estar de pie todo el día en el trabajo. Cuando menos lo esperaba, Collazo se encontraba en su casa y comenzó a sentir fuertes dolores de vientre.
Pensó que alguna comida le había caído mal pero se trataba de las contracciones propias del trabajo de parto.
Carlo Collazo dio a luz el 25 de agosto.
No tuvo tiempo para reaccionar ni procesar todo lo que estaba sucediendo y simplemente comenzó el parto. Se encontraba en la casa con su cuñada, Alexandra Santos quien llamó a emergencias y la asistió durante el nacimiento de la bebé.
“Todo pasó muy rápido. Ella tenía una placenta en su mano y yo al bebé en la mía”.
Gracias a las instrucciones que recibió de los paramédicos, Alexandra ató el cordón umbilical con una trenza para zapatos. La bebé nació completamente saludable y en una impactante imagen se le puede ver en los brazos de su confundida madre.
“Es una bebé hermosa. Me miraba directamente a los ojos”.
La llamaron Amoura Rose. Ella y su madre fueron trasladadas directamente al hospital para poder recibir cuidados y mantenerlas en observación. Afortunadamente, todo parece marchar en orden y pronto podrán volver a casa para continuar con esta nueva e inesperada familia.
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