En la medicina, como en cualquiera otra actividad humana, no todo está escrito en piedra. Eso quedó evidenciado cuando, en Estados Unidos, un galeno le dio una probabilidad de vida de once años a un bebé con Síndrome de Down, pero lo que logró la criatura sorprendió a todos.
Bobbi es una mujer de casi noventa años que vive felizmente en Ohio con su familia. Los meses de junio de cada año tienen una significativa importancia para ella, le trae recuerdos y motivos para celebrar un acontecimiento muy importante en su vida.
Hace poco más de seis décadas supo que estaba embarazada y, como es natural, la alegría la invadió de inmediato. Se ilusionó como toda madre, y no paró de hacer planes para recibir por lo alto a la criatura que empezaba a crecer en su vientre.
Cuando el niño Joey Wittkugle vio la luz el médico les informó que tenía Síndrome de Down, una condición poco conocida por la gente en ese momento. Además, fue categórico y poco delicado, sencillamente dijo que el niño no superaría los once años de edad.
“El médico entró y nunca preguntó por mi nombre y me dijo: nunca va a hablar. Nunca va a caminar. Nunca sabrá quién eres tú. Va a vivir hasta la edad de 11 años y ese será el fin”, relató la madre.
Eran otros tiempos, y existía la creencia errónea de que el Síndrome de Down era una enfermedad, pero con los años y gracias a los grandes avances en los estudios e investigaciones científicas, se pudo demostrar que la realidad era otra.
Se trata de una alteración o trastorno genético que se produce a nivel celular. El cuerpo humano consta de cuarenta y seis cromosomas que vienen distribuidos en veintitrés pares, pero algunas personas tienen tres cromosomas en el par 21 en lugar de dos, también se conoce como trisomía 21.
El cromosoma o material genético que sobra origina cardiopatías, problemas de aprendizaje, dificultades para aprender a hablar y cuidar de sí mismo, entre otras cosas. Y por desconocimiento de cómo sobrellevar la situación muchas familias colocaban a sus hijos en instituciones para ser cuidados y atendidos.
“Hace 62 años, nadie sabía de ellos y ni se salía a caminar con ellos, ni nada nada más”, dijo ella.
Justamente, hoy 29 de junio Joey cumple 62 años, todos en casa están inmensamente felices, y quieren que lo pase muy bien. Por eso organizaron un desfile de autos; no se trata de cualquier cumpleaños, para ellos es un gran acontecimiento.
“Yo quiero que la gente empiece a entender, cuando ves uno de nuestros niños, no les des la espalda, como hicieron hace años. Son humanos, son seres especiales de Dios y, por favor, aprende a amarlos tanto como te aman a ti”, agregó la emocionada madre.
En la actualidad la esperanza de vida para personas con Síndrome de Down ha aumentado y Joey es un ejemplo de ello. Los mejores deseos para el triunfador, que sean muchos años más lleno de salud y amor.
Comparte esta hermosa historia con todos tus amigos, personas como Joey son ángeles que vinieron a dar una lección de amor al mundo.