Ser diagnosticado con una enfermedad terminal no marca un punto final para muchos, al contrario, al saber que su vida está próxima a terminar, algunos toman esa oportunidad para dejar su último grano de bondad en el mundo.
Este es el caso de Emily Oliver, quien a los 21 años de edad ha sido diagnosticada con un tumor de glioblastoma en su cerebro.
La joven estudiaba enfermería cuando se le diagnosticó esta enfermedad terminal. Y en lugar de lamentarse y sufrir en una cama de atención hasta el final de su vida, se decidió a crear una recaudación de fondos para personas que padecen lo mismo que ella.
La familia de Emily ha hecho todo lo posible por ayudarla a alargar su vida; sin embargo, los doctores no le dan mucho tiempo más de vida.
El mes pasado, en su cumpleaño, Emily logró recaudar 33.000 dólares que nunca consideró usarlos para ella misma, sino para la fundación de una caridad que ayude a personas con tumores cerebrales.
“Estaba muy orgullosa. Emily ha sido increíble por la forma en que ha enfrentado esta enfermedad”, dijo su padre.
Los científicos aún no han encontrado una cura para esta enfermedad, pero la esperanza es que con este dinero Emily esté ayudando a avanzar en el estudio para que otras familias no deban soportar la pérdida de un ser querido a causa de este terrible padecimiento.
Más de 5.000 muertes al año son causadas por tumores cerebrales. Y según The Brain Tumor Charity, solo el 14% de los adultos logran sobrevivir unos 5 años más luego del diagnóstico.
Mientras tanto, de los 500 millones que se invierten anualmente para estudiar la cura contra el cáncer, menos del 2% corresponden a la investigación de tumores cerebrales. Sin embargo, es a través de causas benéficas como la iniciada por Emily que los científicos avanzan en la investigación de genes para descubrir las posibles causas.
Emily ya ha atravesado tratamientos de quimioterapia y radioterapia, pero los médicos aún no conocen bien las causas de lo que provoca los tumores cerebrales. Por ello, la valiente joven ha ofrecido su ADN a un hospital de enseñanza en Alemania para la creación de una posible vacuna.
«Sólo estamos esperando que el tumor haga lo que va a hacer. Hemos hecho absolutamente todo lo que se podía. No hemos dejado una piedra sin mover«, dijo el consternado padre.
Sin duda, Emily partirá sabiendo que ha colaborado a hacer un mundo mejor para las personas y familias que tienen que enfrentar el mismo diagnóstico que ella.
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