Hay quienes dicen que en el mundo no existe mayor limitación que aquella que somos capaces de construirnos nosotros mismos y el ejemplo de muchos personajes sobresalientes así lo confirma.
Uno de ellos es la tenista española Lola Ochoa, quien pese a su condición no para de dejar el nombre de su país en alto en su disciplina deportiva.
Esta atleta de 41 años es la número uno del tenis adaptado en España y ya ha participado en cuatro juegos paralímpicos.
Siempre que viaja a una nueva competencia, Lola reza con fervor para que en el vuelo no estropeen su mejor arma: su silla de ruedas adaptada que hace el papel de sus piernas en la cancha. Con este dispositivo valorado en más de 10.000 dólares Lola ha conquistado más de un trofeo.
Ochoa se lesionó su columna vertebral en un terrible accidente cuando tenía sólo 14 años pero su condición no la limitó. Esta valiente mujer comenzó en el mundo de tenis adaptado a 16 y en pocos meses participó en el torneo nacional como la única competidora femenina.
Todos sus oponentes fueron hombres y desde entonces no ha podido detener esta pasión
En el 2012 ocupó el lugar 14 del ranking internacional individual femenino después de enfrentarse con tenistas del todo el mundo que han recibido más atención que ella por parte de sus administraciones públicas. Esta situación es algo que no sólo la llena de orgullo, sino a su familia.
“Quise hacer deporte, porque ya antes lo hacía. Para personas en sillas de ruedas se recomendaba la natación o el basquet que a mí no me gustaban. Encontré una monitora de tenis que se implicó conmigo”, explicó Lola.
Pero en la vida de esta guerrera no todo es deporte, pese a los grandes aportes que ha hecho a su país en esta materia. Lola es licenciada en dirección y administración de empresas y trabaja en el Banc de Sabadell en Valencia.
“Yo lo he hecho todo con normalidad. Quizás a alguien le sorprenda y, bienvenida sea esa sorpresa, si sirve para abrir miradas nuevas”, explicó la campeona.
Pese a la dura lesión que sufrió, Ochoa se resistió al destino prefijado que su accidente le auguraba y espera que sus ejemplo ayude a inspirar a otras personas y crear consciencia en el mundo.
“Todos somos iguales y cada uno tiene su diferencia. Y eso es válido para personas con discapacidad y es válido también para mujeres”. Comentó.
Aunque no se haya dejado vencer por las adversidades, Lola reconoce el impacto que causó a muchos su presencia: “veo la impresión que causa una mujer deportista en silla de ruedas”.
Confiamos en que su ejemplo no sólo inspire, sino que sea un grito de aceptación y superación recordado en su país y el mundo. Compártelo.