Hay gente a la que le encanta divertirse haciéndole bromas y jugarretas que no siempre son del agrado de quienes las reciben. Tal es el caso de un hombre en los Estados Unidos, que se le ocurrió una increíble manera de entretenerse a costa de la angustia de muchos.
Pablo Rochat es un director de arte que vive en San Francisco, y le encanta hacer bromas todo el tiempo, sus amigos ya lo conocen y no les extraña las increíbles ocurrencias que se ingenia a cada rato.
Una de las últimas que se le ocurrió tiene que ver con los conocidos y costosos auriculares inalámbricos de Apple, los AirPods.
Si bien es cierto que los AirPods son muy prácticos y útiles por el hecho de que no tienen cables ni conexiones, también son fáciles de perder porque se pueden salir fácilmente de la oreja de su dueño o de algún bolsillo, y perderse.
Rochat quiso divertirse un poco con eso, y decidió diseñar unas pegatinas con las forma y tamaños de los AirPods. Se dio a la tarea de ir pegándolas en sitios estratégicos como: alcantarillas, escaleras, algunas calles y otros lugares.
La idea era que cuando una persona pasara por un sitio, pudiera mirar hacia el piso y detectar el supuesto auricular inalámbrico.
“A menudo veo personas que dejan caer sus AirPods, así que pensé que sería divertido hacer que pareciera que las personas están dejando caer sus AirPods por toda la ciudad y ver si los transeúntes intentan recogerlos”, comentó el creativo Rochat.
El hombre quería ver la reacción que tendrían creyendo que era el suyo el que se le había caído al piso. Las calcomanías eran tan realistas que más de uno se llevó un gran susto.El director de arte fue llenando la ciudad con los facsímiles de tamaño real, y por doquier se fue generando una especie de angustia colectiva en la gente.
Lo que más le gusta a Rochat, es cuando las crédulas victimas, de inmediato se abalanzan a tomar el objeto.