Hay historias que nos llegan al corazón y nos hacen reflexionar sobre nuestra manera de enfrentar las adversidades y agradecer cada pequeño regalo de la vida. Esta es una de ellas, Lindsey Paradiso es una mujer que decidió compartir una dura experiencia en su perfil de Facebook para ayudar a otras personas.
El 19 de octubre 2016 ella se convirtió en un símbolo de fortaleza para aquellas madres que han tenido que sufrir la devastadora pérdida de un hijo.
En febrero de 2016 Lindsey estaba embarazada de 18 semanas de su hija Omara y recibió un diagnóstico aterrador, los médicos hallaron un tumor en el cuello del bebé durante una ecografía de rutina.
Ella relató: “El médico nos dijo que lo mejor era terminar el embarazo porque su muerte era inevitable…pero no queríamos que nuestro bebé falleciera, queríamos darle una oportunidad a Omara de luchar”.
Así que decidieron esperar hasta las 27 semanas para que los médicos pudieran realizarle al bebé una intervención quirúrgica y extraer el tumor.
Pero lamentablemente eso no pudo ser, “Tuve que dar a luz prematuramente con un procedimiento que es similar a una cesárea pero más peligroso porque el tumor era tan invasivo que a la semana 27 la bebé sería demasiado grande para un parto vaginal”, relató Lindsey.
Transcurrieron tres semanas y una resonancia magnética confirmó que el tumor se había triplicado de tamaño y crecía en su cabeza, pecho, pulmones y ojos y era inoperable.
Estaban destrozados por la noticia, Lindsey y su esposo tomaron una dura decisión, le administrarían a Omara una inyección letal para después inducir el parto.
Advertimos que las siguientes imágenes pueden herir sensibilidades.
El hospital no podía hacer ese procedimiento así que viajaron durante una hora para poder practicarlo. En ciudades de Virginia el aborto es legal en el primer trimestre de embarazo pero en el segundo solamente lo hacen en hospitales con licencia, en el tercer trimestre es ilegal y solamente lo practican bajo estrictas circunstancias.
“Estuve en trabajo de parto durante 40 horas, fue muy doloroso y agotador pero quería dar a luz a mi hija para poder abrazarla y darle el último adiós”, contó Lindsey.
El 26 de febrero el pequeño corazón de Omara dejó de latir, dos días después entregaron el cuerpo a sus padres para darle el último adiós junto a sus familiares.
¡Fue un homenaje muy emotivo!
Ella escribió su historia en su blog, puedes visitarlo aquí, para llenar de esperanza a otros padres que sufren historias similares. A pesar de las adversidades ellos le dieron a su pequeña hija la oportunidad de luchar, lamentablemente todo se complicó y tomaron decisiones extremas.
Lindsey ha recibido comentarios positivos y negativos sobre su decisión, las posturas de las personas frente al aborto suelen ser bastante radicales. Algunos le han dicho que debió dejar que su pequeña naciera aunque muriera en sus brazos. ¿Tú qué opinas?
Esta familia nunca perdió la fe y permanecieron unidos, la pequeña Omi siempre estará en su corazón. Comparte esta emotiva historia con tus amigos.