Las empresas de seguros funerarios y de exhumación han hecho de la muerte un mecanismo más de mercantilización.
Ni bajo tierra se está tranquilo con estos mercaderes. Morir es un tormento para las familias que deben cargar una deuda eterna, y que deben pagar a riesgo de que su ser querido termine reposando en una especie de fosa común, sin identificación alguna.
Morir, no solo conlleva la falta de signos vitales, sino que exige un sacrificio, incluso aun después de fallecer. En KwaDukuza, Suráfrica, la desconsolada familia de un hombre recientemente fallecido llegó al extremo de tener que llevar su cadáver, de cuerpo presente, hasta las oficinas de Old Mutual, la compañía de seguros de mayor tradición en el país, después de que su solicitud por el cobro de la póliza de vida del occiso fuera rechazada.
Las imágenes captadas por las cámaras internas de la empresa fúnebre, muestran a dos desesperadas mujeres con una bolsa azul a cuestas contentiva de los restos mortales del hombre conocido como Sifiso Mtshali.
Lo hicieron como una medida de presión para lograr cobrar el dinero. Y es que, aunque tenían todos los papeles en regla para el reclamo del seguro de vida, sintieron que sería más seguro si además, llevaban la evidencia del deceso.
“Estábamos enojadas, frustradas, y solo queríamos asegurarnos de que pudiéramos prepararlo y enterrarlo adecuadamente el domingo… Pensamos que si los documentos no les daban suficientes respuestas, tal vez el cuerpo sí”, dijeron.
Recorrieron todo el edificio con la bolsa: pasillos, escaleras y salas de juntas, mientras los empleados de la Old Mutual observaban impávidos a la pareja de mujeres, más uno.
Tal parece que la táctica surtió efecto al fin, luego de tantas demoras, ya que su llegada desató un ciclón de discusiones apresuradas, angustia, y una serie de llamadas telefónicas a la central hasta que, finalmente, la empresa acordó honrar la deuda del seguro, siempre y cuando se llevaran el inquietante “paquete” de sus oficinas.
“Al principio, [la empresa] nos dijo que debemos esperar 48 horas antes de poder obtener algo. Entregamos todos los documentos y seguimos todas sus instrucciones. Entramos y esperamos todo el jueves.
Seguían diciéndonos que teníamos que esperar una evaluación, pero finalmente, dijeron que debíamos venir el viernes. Llegamos temprano en la mañana y esperamos tres horas. Debíamos hacer algo drástico”, relató Ntombenhle Mhlongo, una de las mujeres que aparece en el video.
Finalmente, las dos dolientes aceptaron los términos del acuerdo y solo tomaron el cuerpo de su familiar y lo ingresaron en una minivan, dejando posteriormente el lugar.