Carter es un niño de 5 años que fue diagnosticado con autismo. Debido a su condición el pequeño tiene muchas dificultades para interactuar con otras personas así que lleva una vida muy diferente a la que cualquier otro niño de su edad tendría.
Además de autismo, Carter fue diagnosticado con síndrome de déficit de atención.
Cuando llegó el día de su cumpleaños número cinco su madre decidió llevarlo al parque. El plan era que pasara un día ameno aunque no estuviese acompañado por otros de su edad pero el resultado fue muchísimo mejor.
Fueron a un parque para patinadores en Brunswick, Nueva Jersey.
Kristen Braconi, la madre de Carter, lo observaba con mucha atención mientras el pequeño manejaba su monopatín. Fue entonces cuando notó que varios adolescentes que se encontraban en el lugar comenzaron a acercarse al pequeño para darle algunos consejos.
Cuando los nuevos amigos de Carter se enteraron de que estaba cumpliendo años le cantaron Feliz Cumpleaños.
Varios minutos después, Carter había logrado entablar una relación con los jóvenes que tenían más del doble de su edad y parecía pasarla fenomenal.
“Fueron maravillosos con él. Eran tan amables y buenos que no pude contener las lágrimas”.
Los jóvenes habían decidido enseñarle a Carter a patinar y no dudaron en prestarle sus propias patinetas ya que el pequeño parecía muy interesado en tener una y aprender a utilizarla.
Una vez que comienza a recibir sus primeras clases, Carter se dispone a dar lo mejor de sí y aunque se cayó en muchas ocasiones, volvía a intentarlo y agradecía con mucho amor a todos los jóvenes por el gran apoyo que le daban.
“Pude ver adolescentes respetuosos, compasivos y amables haciendo lo correcto sin que nadie los obligara. Quiero que sus padres sepan que han criado jóvenes maravillosos. Han hecho un gran trabajo”.
En agradecimiento por el hermoso trato que le dieron a su hijo, Kristen compró helados para todos y disfrutaron de lo que sin duda fue un maravilloso e inesperado cumpleaños.
Desde que era muy pequeño Carter siempre ha sentido una gran fascinación por las patinetas. Ahora, gracias a los jóvenes del parque, aprendió muy bien los movimientos básicos y está decidido a continuar con este bonito pasatiempo.
“La bondad existe. Creo que simplemente no nos damos cuenta. Si reconocemos más a menudo las cosas buenas, el mundo sería un lugar mejor”.
No hay duda de que estos jóvenes son unos verdaderos héroes al demostrar lo mucho que se puede lograr con un poco de amabilidad. Comparte su solidario y emotivo gesto.