La pandemia por el COVID-19 se ha convertido en una ruleta rusa para todos, y aunque algunos se contagian y la superan, la historia es muy distinta para un gran muchas personas en el mundo. En Brasil una madre comparte la trágica experiencia que le tocó vivir con su hijo.
Nunca esperó perder a alguien tan cercano
Inés Caruso es una mujer de 55 años de edad que vive en Boituva, Sao Paolo, su hijo Stephan Caruso, de 33, padre de un hijo de 6 años y un hijastro de 13 años se hizo la prueba del COVID-19 a solicitud del jefe porque tenía asma y algunos compañeros de trabajo estaban contagiados.
El 12 de marzo dio positivo, tenía tos, los médicos le indicaron antialérgicos y esteroides. La dificultad respiratoria y falta de aire aumentaba y tuvo que ingresar al Hospital Regional de Sorocaba Adib Domingos Jatene, la familia se preocupó, y él intentaba estar tranquilo.
«Estoy tranquilo, pero tengo miedo. Sé que estaré bien, pero tengo miedo de no volver. ¿Qué pasará con Estela? Tengo que luchar por ella y por ti», dijo el hombre.
Inés salía del hospital todos los días a las 12:00, lo veía a través de los vidrios de la UCI, Stephan se complicó, ella no dejaba de preguntarle al médico sobre su estado. Más tarde dijo que su hijo no tenía los sedantes que necesitaba para calmar el dolor.
“No podía entrar a la habitación. Lo vi y me quedé allí hablando con él por WhatsApp. El médico le dijo cómo estaba. Había 10 personas en cada sala y solía decir que la máquina que le limpiaba los pulmones le causaba dolor en el alma”, dijo la madre.
Inés dejó su trabajo en el Consejo Municipal de Salud para estar con su hijo. El médico le informó de su gravedad, ella pedía a Dios que lo salvara y a su hijo que tomara fuerzas. Pero el galeno le recalcó que si sobrevivía quedaría postrado, necesitando oxígeno, la oración cambió, solo pedía que se hiciera la voluntad de Dios.
Stephan murió el 17 de abril
«A veces llegaba a la hora de la visita y se golpeaba a sí mismo, quería despertar. Lo intubaron por la boca durante 15 días y luego le hicieron una traqueotomía, que duró cuatro días.
No se dieron cuenta de que tenía sepsis y eso es lo que llevó a mi hijo a morir. Una infección que se propaga en la sangre, tuvo shock séptico de foco pulmonar e insuficiencia respiratoria aguda. Estas fueron las causas”, afirmó la triste mujer.
El Departamento de Salud del Estado negó desidia o falta de medicación apropiada, aseguraron que Stephan ingresó grave y, a pesar de la atención recibida, empeoró y no respondía a los tratamientos. Expresaron su solidaridad con la familia y se mostraron dispuestos para cualquier aclaratoria.
La esposa y los hijos también se contagiaron, pero presentaron síntomas leves. Ahora deben seguir unidos para sacar a la familia adelante, a pesar de todo el sufrimiento y el dolor que la terrible pérdida ha causado en sus vidas.
No dejes de compartir esta dramática historia con todos tus amigos y conocidos, no olvides que debes mantener la guardia para evitar más tragedias.