Para nadie es un secreto que las medidas preventivas para evitar el COVID-19 alarmaron a una gran parte de la población. Por alguna extraña razón las personas pensaron que tener bultos de papel higiénico en la alacena sería parte de la solución, cuando en realidad solo se convirtió en un problema común.
Las compras nerviosas y el acaparamiento solo son medidas desesperadas que afectan a toda una población que al igual que tú necesitan tener productos de primera necesidad.
Muchos supermercados tomaron medidas para evitar el acaparamiento.
Grace O´Connell es una de las cientos de personas que se vieron fuertemente afectadas, cuando los estantes de los supermercados del pequeño pueblo donde habita quedaron completamente vacíos, sobre todo los pasillos de papel higiénico.
Grace logró comprar solo unos rollos pero sabía que eso no era suficiente para ella y sus hijos. Cuando finalmente se quedó sin papel higiénico un sentimiento de angustia se apoderó de ella.
Ser consciente y comprar lo necesario es parte de la solución.
El pueblo aún estaba esperando que surtieran con todo lo prometido, pero Grace sabía que esto estaba lejos de que sucediera, ante una pandemia su pequeño pueblo no era una prioridad así que solo le quedaba esperar pacientemente mientras intentaba pensar cómo solventar la ausencia del preciado producto.
Grace y su vecina han bromeado respecto a lo cerca que están ambos baños.
Grace sabía que era solo papel higiénico, pero debido al estrés, la preocupación de proteger a sus hijos y un contexto de total incertidumbre solo pudo desahogar sus penas en las cuatro paredes de su baño.
La joven madre comenta que al principio se divertían como familia, buscaban formas creativas de aprender y tener aventuras desde la comodidad del hogar. Pero después de unas semanas se quedaron sin ideas y llenos de temor al saber que cada día más familiares y amigos se enferman.
Las vecinas suelen coincidir los domingos por la mañana para hacer la limpieza del baño.
Desolada y casi desesperada sin saber qué hacer, Grace lloraba desesperadamente en su inodoro deseando que todo esto termine.
Pero para su sorpresa, su llanto fue escuchado por su vecina quien desde el otro lado de la pared le dijo que mirara.
Miré para encontrar la mano de mi vecina colgando de la ventana con un rollo de papel higiénico. Inmediatamente me sequé las lágrimas y solté una risita suave”.
La ventana del baño de la vecina de Grace colinda con la de su baño, solo están a unos metros de distancia. Por ello, era inevitable que no la escuchara cuando llevaba más de 10 minutos de llanto desconsolado.
Su vecina, amablemente le entregó un rollo de papel higiénico tras la ventana. Lo que aún no sabes es que la vecina lleva un poco más de dos semanas luchando contra el coronavirus y renunció a su papel higiénico para intentar aliviar un poco a Grace.
La vecina fue literalmente un ángel para Grace en medio de una crisis.
Seguramente te has sorprendido y estarás pensando cómo va a recibir algo de una persona contagiada. Pero recuerda que si tomas las medidas preventivas no hay que temer. Al respecto Grace comenta:
Nadie fue perjudicado por este acto de bondad. Mi vecina Mary se aseguró de lavar bien las superficies y manos antes de tocar el papel”.
La amabilidad y la empatía son dos cualidades que hacen la diferencia en tiempos de crisis. Comparte esta nota y recordemos que en tiempos difíciles siempre habrá alguien que llegue para calmar nuestras penas.