Lorena Quarantana, de 27 años, es uno de los 45 profesionales sanitarios en Italia que han fallecido tras la pandemia del coronavirus, pero ella no murió por ser diagnosticada del virus.
A esta doctora el destino la sorprendió con una tragedia cuando su novio decidió acabar con su vida “porque le había contagiado COVID-19”.
Antonio de Pace, su novio, quien también es enfermero, de 28 años, asfixió a Lorena en el apartamento donde convivían, después de cometer el acto atroz, llamó a las autoridades policiales para confesarlo todo.
“Acabé con su vida porque me pegó el coronavirus”, alegó el hombre.
Minutos después, los agentes de la policía se dirigieron al lugar, encontraron a Antonio con indicios de haber querido atentar contra su vida, tenía lesiones en sus muñecas.
Lorena y Antonio habían estado trabajando en un hospital de Messina en Sicilia, fueron reclutados para colaborar en la lucha contra la pandemia del coronavirus.
Uno de los agentes de la policía describió el hecho como una tragedia, dijo que Lorena había estado trabajando muy duro para salvar vidas.
El pasado viernes Antonio y el cuerpo de Lorena fueron sometidos a la prueba diagnóstica de coronavirus y el resultado fue negativo para ambos.
Días antes de su muerte, Lorena confesó su angustia por la pérdida de 41 médicos en Italia durante la pandemia de coronavirus. En su perfil de Facebook compartió cómo decenas de profesionales de la salud habían muerto por no contar con equipos de protección individual durante sus jornadas de trabajo.
“Ahora más que nunca necesitamos demostrar responsabilidad y amor por la vida. Deben mostrar respeto por ustedes mismos, sus familias y el país. Debes pensar y recordar a aquellos que dedican sus vidas a diario para cuidar a nuestros enfermos”.
El mes pasado, Antonio le dedicó un homenaje instando a seguir persiguiendo sus sueños, diciéndole que era un ejemplo de éxito y determinación mientras la felicitó por su graduación.
El novio de Lorena fue arrestado, a los padres de la joven fallecida, les dijeron que no podrían celebrar un funeral debido al aumento de muertes por coronavirus en Italia que ascienden a las 15.362.
Anna Alba, alcaldesa de la localidad, se pronunció para expresar sus condolencias.
“Sus pobres padres han sufrido su pérdida y ahora no podrán darle el último adiós, es una tragedia, dentro de otra tragedia”, escribió.
El cuerpo de Lorena fue trasladado a Favara, en Sicilia, lo recibieron entre aplausos y desde los balcones le rindieron tributo. Con sábanas blancas colgadas desde sus balcones, los vecinos expresaron su dolor por la muerte de la joven condenando el hecho que le arrebató la vida.
En algunas sábanas blancas se puede leer: “Ciao Lorena”, tal como escribieron en el ayuntamiento de la ciudad.
Nos sumamos a las condolencias por la tragedia, condenamos la violencia y pedimos que se haga justicia igual que los miles de italianos que lloran la muerte de Lorena. Compartamos un mensaje de solidaridad con sus seres queridos.