Este planeta no es un lugar seguro. Las tragedias, los desastres, el dolor y el sufrimiento son cosa de todos los días, y más para unos padres que perdieron a su pequeña niña de cinco años de la forma más inesperada posible.
El deceso de la menor de nombre Karen, de nacionalidad venezolana, ocurrió en la ciudad de Barranquilla, Colombia, el pasado 30 de mayo. Sucedió que la niña jugaba junto a sus dos hermanos en el Parque La Colchera, cuando de pronto se escuchó un estruendo. Una estatua mal fijada cayó sobre la niña y la aplastó.
La horrenda escena fue vista por su propia madre, Génesis, quien había dejado momentáneamente a sus hijos mientras realizaba una llamada telefónica desde un cyber café. Desde aquella cabina contempló horrorizada como los 150 kilogramos de concreto le quitaban a uno de los amores de su vida.
En tanto, el padre Karen, Euro Rojas, iba apenas llegando al barrio El Silencio cuando se enteró de la tragedia, gracias a los lamentos y gritos desesperados de dolor de los vecinos. En ese momento, supo que algo terrible había ocurrido en su ausencia.
“Escuché los gritos de los vecinos, que le había pasado algo a una niña. Me asomo y veo a mi esposa desesperada. Llego al sitio y había una imagen de mármol encima de mi hija. Eso fue cerquita de mi casa, como a 20 metros. Llegué y mi hija estaba debajo de la estatua”, dijo el padre a medios locales.
De inmediato, el hombre angustiado trató infructuosamente por todos los medios de levantar la pesada estatua representativa del Sagrado Corazón de Jesús, hasta que un grupo de vecinos se le unieron para ayudarlo. Finalmente, entre todos pudieron quitársela de encima, pero la menor se estaba desangrando.
“Tenía la cabeza aplastada, la reviso y estaba gravemente herida”, contó el papá.
Ambos progenitores la llevaron de emergencias hasta el hospital La Manga, que era el más cercano al sitio del suceso. Sin embargo, todo fue inútil, el daño en la cabeza de la pequeña era demasiado grave y, poco después, los galenos confirmaron su muerte.
“Los vecinos me ayudaron, me colaboraron. Saco a mi hija debajo de la imagen, le brindo los primeros auxilios, le limpio el charco de sangre arriba de la oreja. La herida era muy grave, había perdido masa encefálica. Fue una muerte instantánea”, añadió el compungido padre.
Antes de dejar este mundo, la pequeña logró asir con su manita la de su padre, le apretó los dedos y se despidió. Debe haber sido algo muy doloroso, que solo lo siente quien lo vive. Nunca estaremos preparados para enterrar a nuestros hijos, no es lo natural, pero pasa, y duele mucho.
Por su parte, las autoridades colombianas se encuentran realizando las pesquisas e investigaciones de rigor, con el fin de determinar y repartir las responsabilidades a que hubiere lugar. Sobre todo, se busca indagar sobre si existió negligencia por parte del Distrito Especial, Industrial y Portuario de Barranquilla.
Aún se desconoce quién colocó la estatua sin fijar y aparentemente desechada por una iglesia aledaña en ese lugar, testigo de tan triste tragedia.
Ya es la segunda para estos padres pues, cinco años antes, otro de sus hijos murió por inmersión en una piscina.
El trágico incidente conmocionó a todos en la comunidad, nos sumamos al dolor de la pérdida de la pequeña y compartimos un mensaje de consuelo a sus padres.