La mayoría de los casos de niños desamparados y dejados a su suerte por sus padres o tutores legales suelen surgir por su salud física, o por la incapacidad de estos de velar por su bienestar, y con la intención deshacerse de él o de ella por completo. Pero en algunos casos, también ocurre cuando no se brinda la atención necesaria a un niño que vive bajo el mismo techo.
No obstante, este hecho repudiable en cualquier contexto, también puede incluir casos extremos de afectación emocional, como cuando un padre, preso de los vicios y de carácter agresivo, ofrece poco o nada de contacto físico o apoyo durante largos períodos de tiempo.
El caso de Matheus es tan solo uno más en la larga lista de niños a quienes se le arrebata sin consideración alguna la ilusión y el derecho de crecer en un hogar lleno del cariño y el amor que todos merecemos. Un joven estupendo, que a sus 18 años ha tenido que sufrir grandes penurias para sobrevivir.
Siendo apenas un bebé, fue rechazado por su madre y criado por su abuela hasta su fallecimiento, cuando tenía 5 años de edad. Tuvo que mudarse con un padre huraño, violento y con una fuerte dependencia a las sustancias ilícitas, que no hacían más que aumentar su agresividad hacía su hijo.
Harto de los golpes y del injusto trato al que era sometido a diario, el joven oriundo de la ciudad de Salvador de Bahía, en Brasil, decidió salir huyendo de ese indigno lugar y terminó viviendo en un albergue.
Sin embargo, habiendo cumplido la mayoría de edad, también tuvo que dejar el refugio y buscarse la vida en las calles.
“Lo triste fue verlo llegar, con tan solo una maleta con algunas prendas de ropa y un ventilador como únicos bienes”, dijeron empleados del albergue.
Realmente, Matheus necesitaba hallar un techo seguro, de modo que su caso fue objeto de una fuerte campaña para ayudarlo a encontrar una casita donde vivir, ya que su único ingreso consta de 300 reales (poco más de 50 dólares americanos) que gana trabajando como pasante (becario).
Fue entonces cuando palpitó el buen corazón de la gente de Adotei Meus Filhos, una organización encargada de la adopción de niños desprotegidos de sus padres que se enteró de la historia de Matheus y decidió ayudar.
Entre todos, proporcionarían lo necesario, desde donaciones hasta el nuevo hogar de Matheus que le será subsidiado por las autoridades de la ciudad de Salvador, pero, solo hasta diciembre próximo. Después de eso,Matheus se arriesga a volver a la calle.
“Resolvimos el problema solo temporalmente. Realmente deseamos que, una vez transcurrido el tiempo, Matheus se haya estabilizado”, dijeron portavoces de la organización proadopción.
Lo cierto es que, Matheus ha pasado por muchas cosas desagradables en esta vida que ni él ni nadie merece vivir. Este extraordinario jovencito merece ser feliz a toda costa.
Lamentablemente, los niños desamparados que no tienen sus necesidades satisfechas crecen con baja autoestima, dependencia emocional, impotencia y otros problemas.
Un niño nace cuando nos abrimos para recibirlo, y eso no depende de su edad ni de la forma en que fue concebido, dentro o fuera de las personas. Lo que realmente importa es el amor. Ayudemos a difundir su historia para que tenga un trabajo mejor y nuevo hogar donde vivir.
Comparte esta historia con la esperanza de que nuestro querido Mati encuentre pronto la paz de un sitio propio donde resguardarse, no solo de la lluvia y el viento frío de las calles, sino también donde se sienta más seguro de poder recobrar la confianza en las personas.