El mundo es hermoso por la diversidad de personas que lo habitan, esta diversidad es evidente en varias formas pero la más destacada es la que se muestra en la apariencia física. Incluso dentro de nuestra familia podemos notar que no somos tan parecidos físicamente a nuestros padres o a nuestros hermanos y entre nosotros lo reconocemos.
Sin embargo, hay personas que no pueden percibir esta situación en los demás y debido a sus prejuicios terminan realizando actos racistas inaceptables como el perpetrado por una mujer anglosajona que acusó a un hombre latino de secuestrar a su propio nieto simplemente por su color de piel.
Esto pasó en el sur de California, Estados Unidos. Era un domingo cualquiera para Abel Mata, mexicano que se mudó a Estados Unidos a la edad de 5 años, que caminaba alegremente como de costumbre por las calles de su vecindario en compañía de su querido nieto, Milo Walker, de 2 años.
Cuando él estaba poniendo cosas en el auto de su esposa Karen, dos patrullas le rodearon inesperadamente. Dos oficiales bajaron de los vehículos y se le acercaron mientras él sostenía a su nieto en brazos, el motivo que les llevaba a tal encuentro era la denuncia realizada por una mujer anglosajona que acusaba al latino Abel de secuestrar a un niño rubio.
«Miró a un latino con un niño blanquito así como mi nieto e inmediatamente llamó a la policía. Ella salió después y cuando salió me dijo que yo era el secuestrador del niño; le estaba diciendo a la policía y llevaba una espada de samurái», comentó Abel respecto a la señora mayor blanca que le acusaba.
Los oficiales dialogaron con Abel y no les tomó mucho tiempo darse cuenta de que no se trataba de un secuestro en absoluto.
«Estaba muy triste y presionado por lo que había ocurrido, porque esas cosas no tan pequeñas nos afectan y nos hacen sentir muy mal», mencionó Abel.
La hija de Abel y madre de Milo, Athena comentó que esta no es la primera vez que su papá ha sufrido discriminación por su apariencia sin embargo, es la primera vez que llega hasta este punto tan hiriente. Además, recalcó que su hijo es muy apegado a su abuelito, tanto lo quiere que llora cuando está lejos de él.
Posteriormente, Abel se contactó con el departamento de policía para saber las acciones que se habían tomado contra la falsa acusación de la señora rubia, le comentaron que la señora no se había comportado de manera amenazante con la espada y que como todo había sido un mal entendidono la sancionarían. Lamentablemente, Abel sí recibió una advertencia.