Debido a la pandemia derivada del brote de coronavirus, diversos gobiernos del mundo han puesto varios tipos de restricción a las ventas de los artículos considerados como “no esenciales”, tales como la ropa, el calzado y los electrodomésticos, entre otros, hecho que ha ocasionado millones de críticas por parte de los compradores de todo el mundo.
Ahora, este tipo de artículos que incluyen todo tipo de implementos para el hogar y demás, aparecen cubiertos bajo una bolsa de plástico virtual y físicamente, esto es, tanto en las tiendas como en las plataformas digitales.
En el País de Gales, Reino Unido, tampoco se quedaron callados los consumidores y clientes de la cadena Tesco, en Cardiff, ya que, mientras que el vodka sigue estando a la mano y sin tanta dificultad para quien desee un trago, la ropa de niños está detrás de un cordón infranqueable.
El absurdo hecho fue denunciado y difundido a través de las cuentas de un usuario que, indignado se paseó por el gigantesco supermercado fotografiando, no solo la ropa de bebé, sino platos, tazas, almohadas, sábanas toallas y manteles confinados tras las rejas. La verdad es que esta pandemia ha dado para todo.
“¿Desde cuándo la ropa está exenta? ¿Desde cuándo la ropa no es esencial?», espetó Gwilym Owen, de 27 años quien, de paso, como habrán adivinado, no llevaba mascarilla durante el incidente.
Lo cierto es que el hombre, enardecido, comenzó a rasgar con virulencia los empaques protectores de los enseres que se encontraba a su paso en la megatienda galesa Tesco, para dejar muy clara su posición ante las medidas contra la propagación del COVID-19.
“Dios mío, santísimo, ahora que estamos en invierno los niños no podrán obtener ropa adecuada para protegerse del frío. ¡Es increíble! ¡Qué desgracia!”, exclamó el visiblemente molesto padre.
En su ofuscación, deja caer varios artículos que ruedan por el piso abiertos de par en par, mientras los encargados de servicios generales de la empresa se acercan corriendo a Gwilym y la persona que lo filma para tratar de calmar los ánimos y limpiar el desastre.
Sin embargo, el video se corta en ese preciso momento, pero sabemos por publicaciones posteriores de Owen en sus cuentas que no se siente avergonzado de su conducta, al contrario, invita a los demás a imitarla, harto como está de las restricciones que considera estériles para frenar la pandemia.
“Todo lo que necesitas hacer es no cumplir. Tuve suficiente anoche. No me importa la reacción que pueda tener esto”, dice resueltamente y sin tapujos, Owen.
La mayoría de las personas no está a favor o en contra de nuestro amigo británico. Una reacción así es de humanos y puede suceder en cualquier parte del mundo. Sin embargo, no podemos negar que quien mueve los hilos de nuestra cotidianidad sigue siendo la reina Confusión y su princesa Incertidumbre.
No estamos preparados para vivir en una sociedad en la que puedan eliminar las necesidades humanas básicas, que no son solo la comida y los servicios, sino poder comprar ropa nueva, especialmente para los niños.
No se trata de juzgar, sino más bien de tratar de comprender la realidad y las necesidades distintas que cada uno enfrenta, en medio de una crisis mundial. Comparte este caso.