En la actualidad los juegos online han venido a ocupar una gran parte del tiempo de niños y adolescentes. Pero, ¿puede afectar la salud mental y física de los jóvenes permanecer en la red demasiadas horas? La respuesta la pudieron conocer por experiencia, los padres de un adolescente tailandés.
Piyawat Harikun, era un joven de 17 años que vivía con sus padres en la localidad de Udon Thani. Al adolescente le gustaba entregarse horas enteras a los juegos en línea, al punto de permanecer despierto toda la noche jugando.
No solamente descuidaba el sueño, sino que también trastocaba completamente las horas de la comida. Los padres se vieron en la necesidad de llevarle los alimentos a la habitación para obligarlo a que comiera algo.
Cuando culminó en el mes de octubre su ciclo escolar, y comenzó su periodo de vacaciones, se encerró en su habitación, rara vez salía de ella, lo único que le interesaba era jugar.
Lo que comenzó como una forma de entretenimiento, se le fue escapando de las manos a Piyawat, hasta convertirse en un problema para su salud.
Los padres se preocupaban e intentaban hacerle entender, pero el joven no hacía caso, seguía sumergido en su adicción a los vídeo juegos. Hasta que un día, exactamente el lunes 4 de noviembre, Jaranwit Piyawat, padre de Piyawat, entró a su habitación y lo llamó varias veces pero él no respondió.
“Despierta, despierta, lo llamé pero él no respondió. Pude ver que estaba muerto”, dijo amargamente el padre.
Estaba tirado en el piso al lado de la silla muy cerca del ordenador. Hicieron todo lo que pudieron para reanimarlo, pero era demasiado tarde.
De acuerdo al informe emitido por los médicos, Piyawat sufrió un derrame cerebral producto del agotamiento extremo. Ese día no se había detenido siquiera a comer, las bandejas con la comida y el refresco que le llevaran sus padres, estaban intactos cerca de donde yacía su cuerpo.
“Mi hijo era inteligente y siempre tuvo un buen rendimiento en la escuela, pero tenía un gran problema con su adicción a los videojuegos. Intenté advertirle sobre las largas horas jugando y prometió reducirlo, pero fue demasiado tarde”, dijo el compungido progenitor.
Los padres se lamentan de no haber sido más severos e insistentes con su hijo para que se detuviera a tiempo.
«Deben ser más estrictos con las horas de juego de sus hijos, de lo contrario podrían terminar como mi hijo», aseguró el dolido hombre.
Como ya es conocido por muchos, la adicción a los vídeo juegos es una patología conocida en la actualidad como el “trastorno del juego”, y tiene el reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud.
Y como toda enfermedad, se necesita de su prevención y la ayuda especializada para todo aquel que la padece, el punto focal es detectarla a tiempo y como padres ser lo suficientemente amorosos pero limitantes para prevenir que caigan en adicciones tan absurdas como la de esta historia.
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