Después de un día complicado, son muchos lo que acostumbran llegar a casa y destapar una cerveza para relajarse y olvidarse de las preocupaciones diarias, aunque sea por unos minutos. Lo que no esperas jamás que suceda es que ese elixir de tranquilidad traiga consigo una asquerosa «sorpresita» que podría terminar mandándote al hospital.
Este es el caso de George, un hombre de Fountain Valley, California, Estados Unidos, que se topó con dos animales muertos en el fondo de su cerveza… Pero no pienses que se trataba de un par de insectos que, de un descuido, cayeron en la lata, no: ¡eran, nada más y nada menos, que dos lagartos bebés!
¡Pobre George y pobres animalitos!
George cuenta que no fue sino hasta que se terminó la cerveza cuando comenzó a sentir que algo muy extraño estaba ocurriendo con su cuerpo. Repentinamente, al californiano lo atacaron unas fuertes nauseas y un inclemente dolor abdominal, que le hicieron acudir de emergencia al hospital.
Hasta ahora, nada parece apuntar que la cerveza podría ser la culpable del malestar que estaba experimentado George. No obstante, el hombre sí se quejó de que su bebida tenía un sabor feo, como a rancio, y fue entonces cuando su hija tomó la lata de cerveza e iluminó su interior con una linterna. Allí estaban, entrelazados y yaciendo sin vida, dos geckos.
Los geckos son un tipo de lagarto que guardan mucha similitud con las largartijas, aunque pueden diferenciarse fácilmente por los deditos de las patas, pues los de los geckos son mucho más gordos.
Indignado y enfermo, George decidió proceder con una demanda: «cuando descubrió a los geckos, estos no estaban aún en estado de descomposición, por lo que puede sospecharse que estaban vivos cuando la lata fue rellenada y sellada«, puede leerse en la demanda.
Asimismo, el abogado confirmó que su cliente tuvo que ser llevado a emergencias, donde le prescribieron Xanax y Zofran, para calmar el dolor y las náuseas.
Por su parte, la filial de la compañía alemana Heineken en Estados Unidos, la marca de la cerveza en cuestión, se defendió argumentando que la información proporcionada por George no les parecía confiable. «Hemos investigado esta afirmación sin precedentes y, basado en una serie de factores, consideramos que lo ocurrido no tiene nada que ver con nosotros», argumentó un vocero de Heineken.
Fue en esta cadena de supermercados que George compró la cerveza «premiada».
George está demandando por daños generales no especificados, costos médicos e ingresos perdidos, pues alega que ha tenido que faltar varias semanas al trabajo debido a que continuó sufriendo de dolencias gastrointestinales, estrés y mucha ansiedad.
¿Qué harías tú en los zapatos de George? ¡Déjanos tus comentarios y comparte esta extraña noticia con el resto de tus amigos!