La despresión posparto es una condición que suele causar serios conflictos entre las mamás, pues es fácilmente asociada a ideas nocivas como «no soy una buena madre» o «¿es que acaso no quiero a mi bebé?» Sin embargo, se estima que entre el 20 y el 40% de las mujeres son propensas a sufrirla, aunque la cifra oficial ronda el 10%, debido a que la mayoría de las personas que la padecen no se someten a tratamiento.
Stephanie Miller, hoy una feliz y orgullosa madre de 4 niños, sabe muy bien lo que se siente entrar dentro de ese porcentaje. Para esta ex profesora de colegio, su vida dio un giro de 180 grados el día que tuvo a su primer bebé. Desde entonces, la tristeza, la fatiga, la irritabilidad se adueñaron de sus días y, poco a poco, se fue alejando de lo que más amaba: el arte.
«Vivíamos en un apartamento de una sola habitación con muy poco espacio para mis pinturas. Las pinturas al óleo despiden gases tóxicos y me llevó mucho tiempo volver a ellas con un bebé al que cuidar», comenta Stephanie, «En ese momento estaba sufriendo de depresión posparto y, como mi estilo de vida anterior chocaba con la maternidad, sentí que había perdido mi identidad».
Pero todo cambió el día que su esposo llegó a casa con un inesperado regalo.
Stephanie, quien en la actualidad tiene dos niños de 5 años y 5 meses y dos niñas de 4 y 3 años, obtuvo el título universitario de Educación con mención en Bellas Artes y se dedicaba a enseñar dibujo y pintura en una escuela primaria. Sin embargo, después de tener a su primer bebé esta mamá dejó de sentir que el arte era una parte fundamental de su vida.
Con la esperanza de que Stephanie se reencontrara con su pasión y, así, se despertara en ella la creatividad que parecía haberse esfumado tras la maternidad, su esposo, Jon, le compró en Walmart una maquina de coser.
Pronto, Stephanie comenzó a coser hermosos animales de peluches… ¡Jon había encontrado la solución para devolver la alegría a sus días! «Estaba fascinada, coser me había ayudado a salir de la depresión posparto y, honestamente, al fin me sentía feliz».
Gracias a varios tutoriales de Youtube, esta abnegada mamá comenzó a hacerse su propia ropa. Lo mejor de todo era que, finalmente, podía tener los vestidos que siempre soñó, pero que no podía costear… ¡Y hechos por ella misma, a su justa medida y sin la posibilidad de que otra persona tuviera uno igual!
Recientemente, Stephanie comenzó a concentrarse en la transformación de ropa vieja. «Hace 3 meses, mi esposo se deshizo de una camisa que recién le había comprado en navidad. Me molesté con él por querer regalar una prenda tan nueva, pero, la verdad, es que se había encogido».
Sin dudarlo, la ex profesora de arte conservó la camisa y otras más que su esposo ya no quería conservar y las guardó pensando que, posiblemente, podría hacer algo con ellas. «Sigo a otras costureras en Instagram y me llamaba la atención cómo intervenían la ropa vieja, así que pensé que yo también podía hacerlo». Fue de este modo como Stephanie empezó a crear hermosa ropa para sus niñas… ¡Hechas con las camisas de papá»
Stephanie cuenta que a sus niñas les encantan la ropa que hace tomando como base las viejas camisas de papá y que, incluso, suelen hacer peticiones para nuevos vestidos cuando ella está lavando la ropa.
Hace unas semanas esta creativa mamá cosió sus primeros pantalones cortos. Sin embargo, a pesar de que a ella le encantan los rompers, debe admitir que les han causado aparatosos accidentes al momento de llevar a las niñas al baño y que, además, uno de ellos fue seriamente desaprobado por su hija mayor. «Supongo que, a veces ganas y a veces pierdes».
Ahora, la ropa de las niñas de Stephanie se adapta perfectamente a sus gustos y necesidades. ¿Una mancha azul de esmalte de uña en el vestido blanco que mamá acaba de coser? No hay problema, se tiñe la tela y voilá, como nuevo.
Transformar ropa vieja en hermosas prendas nuevas le ha permitido a Stephanie ahorrar mucho dinero, además, «es bastante fácil y rápido, sobre todo cuando los botones y algunas costuras ya están hechos».
Asimismo, Stephanie asegura que es importante que los niños noten que haya algo que apasione a sus padres y, sobre todo, que también papá y mamá están persiguiendo sus propios sueños. «Mientras más tiempo nos tomamos para ser creativos, más hermoso se hace el mundo», agrega esta admirable mamá.
Si quieres ver más diseños de Stephanie, puedes visitar su cuenta de Instagram.
¡Qué gran ejemplo es esta mamá! No dejes de compartir su historia, podría inspirar a muchas personas más.